La apuesta por la cantera, dentro de la construcción de una plantilla lo más competitiva posible, es una de las claras señas de identidad del Bidasoa, reforzada si cabe este verano por el título conquistado por cuatro de sus jóvenes valores –Gorka Nieto, Julen Urruzola, Julen Mujika y Eneko Furundarena–, que el pasado mes de julio se proclamaron campeones de Europa júnior con la selección estatal. Los cuatro han charlado con este periódico para expresar sus sensaciones de cara a la temporada que comienza mañana mismo, ilusionante tanto a nivel personal como colectivo: el club irundarra aspira a lo máximo mientras pule a sus joyas.

Los cuatro protagonistas del título europeo recalaron en el Bidasoa en edad juvenil. Gorka Nieto (Basauri, 2002) jugó en el equipo de su localidad natal hasta su segundo año como juvenil; Julen Urruzola (Elgoibar, 2002) vive su tercera temporada en Irun después de que en la primera intercalara los entrenamientos con el Bidasoa con los partidos en el Elgoibar; Julen Mujika (Errenteria, 2003) se formó en el Ereintza antes de recalar en Artaleku primero para entrenar y ya desde el año pasado como jugador bidasotarra al 100%; y Eneko Furundarena (Usurbil, 2003) comenzó a jugar a balonmano en su localidad natal hasta que el Bidasoa se fijó en él cuando era juvenil de primer año.

Lo que es un cuarteto de campeones de Europa bien pudo ser un quinteto, pero Asier Iribar –que a su vez ha debutado con el primer equipo– no entró finalmente en el Europeo después de haber estado en la órbita de la selección española júnior. Y también despuntan otros como Tao Gey-Emparan o Martín Santano. A los siete dedicó hace apenas seis meses la Federación Española de Balonmano un reportaje en el que se refería a ellos como el baby Bidasoa y destacaba la “fuerza” de esta generación en la que ninguno superaba entonces los tiernos 20 años de edad.

“Llegamos al inicio de temporada con mucha moral y ganas, es un año ilusionante. Ganar el Europeo te da confianza, pero también más ganas de mejorar, sabemos que asentarse en la Asobal es exigente”, señala Eneko Furundarena. “Afrontamos la temporada con ganas de empezar y aportar lo que podamos. Pese al título, no cambia gran cosa, seguimos siendo jugadores del filial que queremos ayudar al equipo e ir entrando más en las rotaciones”, añade Gorka Nieto. Lo resume Urruzola: “Trabajar y esperar la oportunidad para entrar en la convocatoria si lo necesita el entrenador o hay lesiones”.

Ese es el sentir de los cuatro. Saben que tienen ante sí la opción de jugar cada vez más minutos en un grande de la Asobal como el Bidasoa, pero que para ello deben entrenar fuerte a diario, responder a la exigencia de Jacobo Cuétara y esperar su momento. “El entrenador confía en nosotros, se ve en los entrenamientos. Sabemos que podemos jugar, el reto es entrar en dinámica y no desentonar”, indica Julen Mujika, elegido como mejor jugador del partido en dos choques del Europeo. “Jacobo nos da confianza, pero también nos exige y nos pide dar ese nivel necesario”, completa Gorka Nieto. “No regala nada, valora nuestro trabajo pero pide que entrenemos bien cada día”, dice, por su parte, Urruzola.

De júniors a la elite

Por mucho que uno tenga el título de campeón europeo bajo el brazo, el salto de ser júnior a consolidarse en la Liga Asobal no suele ser sencillo, aunque señala Nieto que este peldaño “no es tan brusco” en el Bidasoa: “Vamos entrando poco a poco en la rotación. Somos conscientes de que hace dos años no estábamos al nivel de ahora, pero ya se nos daba la confianza, y estamos agradecidos por ello”. “Queremos acercarnos al nivel de los veteranos, se trata de seguir trabajando. En el Europeo júnior juegas contra gente de tu edad, luego vienes aquí en pretemporada y la cosa se complica”, reconoce Urruzola.

En este sentido, la acogida en el vestuario siempre ha sido “buena”. “La mezcla entre los veteranos y los jóvenes es muy buena, es un vestuario sano, con algunos vaciles, pero siempre nos han tratado muy bien, como uno más”, dice Nieto. Eso sí, como campeones de Europa les tocó invitar al vestuario a una comida junto con los recién llegados el verano. “Tocó abrir la cartera, aunque no mucho, un detalle”, bromea Mujika, que señala que los compañeros que ya están consolidados en la Asobal son “un ejemplo” para los jóvenes: “Con nuestra edad tenemos que ser como esponjas, tenemos al lado a jugadores de un nivel muy alto de los que aprender para seguir progresando”.

Para Furundarena, “el ritmo arriba es bestial si lo comparas por ejemplo con Primera Nacional. Siempre cuesta ese salto. Los jugadores tienen más experiencia, son más fuertes. La exigencia es grande, pero si se ve traducida en minutos eso te da energía para seguir mejorando”.

Ambiciosos

Los jóvenes integrantes del Bidasoa afrontan con “buenas sensaciones” la temporada 2022-23. “La pretemporada ha sido muy positiva. La preparación ha sido buena y el club quiere que compitamos todos los partidos. Es lo que vamos a intentar”, indica Nieto. “La defensa y el ataque están funcionando bien y en los partidos de pretemporada hemos visto que nos encontramos a buen nivel”, considera Urruzola.

Pese a los cambios sufridos por la plantilla, con la marcha de jugadores importantes, el Bidasoa mantendrá sus virtudes en la cancha, entre ellas el alto ritmo que imprime a los partidos. Y ahí es donde resulta fundamental la aportación de toda la plantilla. “Si quieres que un jugador esté al 100% jugando a un ritmo alto, no puede estar en cancha los 60 minutos y ahí es donde podemos entrar nosotros para que la rotación sea de calidad”, señalan convencidos.

“El equipo está muy bien”, ahonda Furundarena: “Ha habido bajas importantes, pero el club se ha reforzado bien, nos van a ayudar mucho los nuevos. Hay un buen equilibrio de veteranía y juventud, los que tienen más experiencia nos ayudan mucho y nosotros ofrecemos cosas nuevas”.

Con el Barcelona en modo inalcanzable un año más, el gran reto es el subcampeonato de la Asobal. “El año pasado se nos quedó la espina de no ser segundos y ese es el objetivo que tenemos”, comenta Mujika. “También llegar lo más lejos posible en Europa. Y jugar en un Artaleku lleno”, añade Urruzola. Además, por si todo lo comentado fuera poco, tienen la motivación de que el próximo verano se disputa el Mundial júnior, al que aspiran a ir “y hacer un buen papel”. Y, para más adelante, también lanzan que quieren “jugar la Champions con el Bidasoa”. Paso a paso. Por ahora, comenzar mañana el curso en Benidorm. l

lll Confianza en el vestuario. Jacobo Cuétara se mostró ayer muy satisfecho de una pretemporada sin derrotas, aunque advirtió que será “la competición la que ponga a cada uno en su sitio”. El entrenador del Bidasoa-Irun resaltó, de cara al primer choque liguero (mañana, 12.00 horas) en Benidorm, que el vestuario está con mucha confianza, aunque habrá que ratificarlo: “Muchas veces tienes buenas sensaciones antes de empezar la liga y estas cambian en la primera jornada y también puede pasar al revés”. Cuétara espera contar con todos: “Es verdad que algún jugador se ha perdido más sesiones de entrenamiento y partidos, como Tom Tesoriere, pero el resto ha tenido continuidad”. No espera concesiones de su rival, un Benidorm que como recordó “fue cuarto la pasada temporada”, una posición por detrás del Bidasoa, “lo que define que es un rival complicado y contra ellos siempre son partidos igualados”: “Están clasificados como nosotros para disputar competición europea, son muy peligrosos en su cancha, así que va a ser difícil”.