donostia. España cerró el Eurobasket con una medalla de bronce que para otros sería un gran éxito, pero que a esta selección acostumbrada al oro le puede saber a poco. La botella medio vacía, o medio llena, es la conclusión de un torneo muy extraño que el equipo de Juan Antonio Orenga cerró como lo empezó: con una victoria muy clara ante una Croacia corta de espíritu. El bronce es un consuelo menor para una selección que ha ganado siete partidos por más de 20 puntos y ha perdido los cuatro que han estado igualados, incluido el que podía haberle dado la final.
Ayer el orgullo impulsó a España y de eso anda sobrado Sergio Llull. El madridista, con poco protagonismo hasta entonces, justificó su presencia en el Eurobasket con cinco triples y lideró a la tropa con el omnipresente Gasol y el mejor Claver del torneo. La defensa, lo mejor de España estas semanas, y el acierto en los triples (12 de 24) dejaron sin respuesta a los croatas en cuanto Bogdanovic bajó su producción. Para el último cuarto, la lucha ya estaba decidida y España se llevó su primera medalla sin Pau Gasol.
Orenga, entrenador de la selección española, afirmó tras ganar la medalla de bronce que "nos marcamos el objetivo de la medalla de oro y gracias a eso hemos conseguido esta de bronce, que es una gran recompensa. Han sido dos meses duros para todos y hemos tenido que ajustar muchas cosas".