Donostia. Los entrenadores de baloncesto tienen fama de trabajar prácticamente las 24 horas del día. En la cancha, en el despacho, en casa? no han sido pocas las anécdotas que se refieren a técnicos que tras una gran victoria están viendo un vídeo en el autobús de vuelta a casa o que apuntan una idea en la libreta que tienen en su mesilla de noche minutos antes de dormirse. Sito Alonso no es la excepción.

Tras ganar la Copa del Rey con el Joventut, un avión llevó a cuerpo técnico y jugadores de vuelta a casa. Al rato llegaron sus familiares y vieron a Sito? preparando el vídeo de uno de los siguientes rivales de la Penya.

Trabajador, metódico, exigente. Son tres palabras que definen su modus operandi. El técnico maño, tras temporada y media sin un equipo en sus manos, ha llegado al Lagun Aro GBC con las pilas cargadas. "Creo en la búsqueda de la perfección. Es imposible llegar, pero si buscas hacerlo bien te quedarás en regular y si buscas la perfección puedes llegar al bien. Para eso necesitamos meter muchas horas, y no solo en el aspecto técnico y táctico", dice. "Soy enemigo de la vagancia. No entiendo poder hacer más y no hacerlo", añade. Un aviso de sus intenciones en Donostia. No le gusta perder el tiempo. No alarga las sobremesas para retrasar su vuelta al trabajo y, como ya ha demostrado con anterioridad, no le importa madrugar.

Sito, que ha elegido una zona tranquila de Donostia para vivir, reconoce que le resulta "difícil" desconectar del baloncesto. No lo hizo cuando estuvo sin equipo -tiempo que empleó en dar clinics, hacer autocrítica y ver mucho baloncesto- y menos ahora que está inmerso en la pretemporada con el GBC. Además de estar con su hija, nacida a principios de 2009, su gran pasión, al técnico maño le gusta nadar, leer, ver otros deportes o ver alguna película. "Pero es difícil desconectar. Mientras nadas estás pensando, dándole vueltas a la cabeza. Me gusta hacer 1.200 metros como poco, y es mucho tiempo para pensar sobre el baloncesto. Cuando lees algo de psicología, por ejemplo, o ves otros deportes por la tele, también piensas en cómo adaptarlo. Es inevitable".

Sito Alonso incluso bromea con esta obsesión. "Cuando entrenaba al Joventut, después de una derrota muy abultada contra el Caja Laboral me fui al cine a ver una película de Clint Eastwood, Gran Torino, y salí todo entusiasmado: Voy a hacer esto, voy a hacer lo otro, ja, ja", se ríe Sito, 24 horas al día de basket.