donostia. Turquía siente pasión por el baloncesto, como por casi todos los deportes. Los NBA Mehmet Okur y Hedo Turkoglu son ídolos en un país que sigue esperando la gran explosión en resultados de alguno de sus grandes y poderosos clubes, bien el Efes Pilsen o el Fenerbahçe Ulker. El equipo anfitrión aparece en los pronósticos al título por la presión que puede ejercer ese público que abandona sus rivalidades más antiguas para abrazar la causa común de los hombres de Bogdan Tanjevic.
Hace casi una década, desde el Eurobasket de 2001 que se jugó allí, que Turquía no da una alegría a sus seguidores y éste puede ser el año. Otros dos jugadores, Omer Asik y Semih Erden, jugarán la próxima temporada en la NBA y ambos dotan de poderío interior a un equipo al que también le han procurado un recorrido asequible hacia las medallas.
Porque la organización no quiere dejar cabo sueltos y se ha volcado con el evento en una época difícil del año por la celebración del Ramadán. Desde hace varios meses, el Mundial se anuncia con un espectacular montaje, pero las figuras que en él aparecen (Bryant, Gasol, Parker, Nowitzki...) se han ido cayendo del cartel. Amenazaba ruina el Mundial, pero Turquía mantendrá alto, pese a todo, el interés por el torneo. Además, la selección de Estados Unidos no se moverá de Estambul lo que pondrá la atención sobre la ciudad más cosmopolita del país.