donostia. No han sido semanas fáciles para Laso. En los últimos minutos frente al Cajasol parte de la afición pidió su marcha, luego llegó la séptima derrota en Málaga... el técnico asume las críticas y asegura que siempre ha "afrontado los problemas", pero pide que todo el mundo sea consciente de cuál es el lugar del club en la ACB.

En el partido contra el Cajasol parte de la afición pidió su dimisión. ¿Cómo se sintió ahí?

Llevo 25 años en el basket. Aprendí muy pronto esta lección y la aprendí en mi propia casa, en Vitoria. Entiendo que estamos expuestos a lo que diga la afición. Obviamente, no es plato de gusto para nadie, que nadie piense que a mí me gusta que me chillen, pero no puedo decir nada. Lo único que espero de la afición es que apoye al equipo al máximo. Eso sí, también debemos dar el máximo para que ellos nos lo devuelvan. En cuanto a mi tema personal, pasó rápido para mí, tiene que ser así para lo bueno y para lo malo. Al volver del ascenso de Cáceres, estaba apuntando en un papel el equipo para el año que viene, es mi manera de ser. Cuando tengo problemas, los afronto. No es mi carácter hundirme. Como anécdota, este año en casi todos los campos han silbado al entrenador local. Pero nunca te gusta que te chille tu propia afición.

Me imagino que, entre una cosa y otra, habrá tenido dudas.

Han sido momentos de dudas para el equipo. El día del Madrid se silbó a algún jugador, algunos lo asumen mejor que otros, luego me silban a mí... Pienso que eso ayuda poco al equipo. Hace tres años llegué y tuve que rehacer el equipo y el cuerpo técnico. Subimos y el objetivo era salvarse, algo que hicimos con cierta holgura. En el tercer año, hemos estado a quince minutos de entrar en la Copa. Hay equipos que llevan años en la ACB y no la han jugado nunca. Es importante saber dónde estamos, el primero que lo sé soy yo. Cuando analizo la temporada con Gorka Ramoneda y Germán Cea, soy consciente de la situación económica, pero también de que vamos a sufrir.

El apoyo que le muestra el consejo ha sido siempre incondicional.

Es una fortaleza del club y que está por encima de cualquier nombre. Estoy a gusto aquí, me identifico con este proyecto, y valoro mucho que ellos valoren mi trabajo. Si la afición corease mi nombre, tampoco eso me cambiaría. No me puede afectar a mi trabajo diario que me digan que soy muy bueno o muy malo. Lo único que me va a defender es mi trabajo. Tengo que vivir para mi equipo y ganar partidos, nada más.