- Alemania afronta en este 2021 un maratón electoral marcado por la pandemia y plagado de incógnitas, empezando por quién relevará a la canciller Angela Merkel, una cuestión pendiente pero ya inaplazable.

“Este es con toda probabilidad mi último mensaje de Año Nuevo como canciller”, recordó Merkel en su saludo a sus conciudadanos en Nochevieja. En nueve meses hay elecciones; y por primera vez desde 2005 no liderará el bloque conservador, como ya anunció en 2018.

Las generales están convocadas para el 26 de septiembre, pero por el momento solo se conoce al candidato del Partido Socialdemócrata, el ministro de Finanzas y vicecanciller Olaf Scholz.

La Unión Cristianodemócrata (CDU) tuvo que aplazar dos congresos federales por la pandemia, en abril y luego en diciembre. Finalmente sus 1.001 delegados definirán la nueva presidencia el próximo día 16, en formato virtual y bajo los efectos de un coronavirus que ha sido implacable con Alemania estas navidades.

Tres son los aspirantes: el derechista Friedrich Merz, enemigo histórico de Merkel; el primer ministro del land de Renania del Norte-Westfalia, Armin Laschet, cuya gestión errática en la pandemia ha minado su credibilidad; y Norbert Röttgen, exministro de Medio Ambiente al que Merkel cesó fulminantemente en 2012.

A Merz le apoya el sector económico y el diario sensacionalista Bild, azote de la línea centrista de Merkel; Laschet forma parte de la presidencia del partido y debería contar con el apoyo de la delegación del land más fuerte del país; Röttgen, sin lobby en el partido, se ha ganado cierto aprecio como voz de la sensatez. Al voto telemático del 16 seguirá una ratificación por correo postal. Pero tampoco entonces quedará adjudicada la candidatura. Desde hace décadas, eso se decide por consenso con la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU). Aunque su líder, Markus Söder, insiste en que su puesto está en su land, su nombre no ha dejado de sonar como opción más sólida para retener la Cancillería.