La Unión Europea y el Reino Unido lograron algunos avances para alcanzar un acuerdo que rija su futura relación tras una semana de intensas negociaciones, pero aún tienen importantes diferencias sobre la política competencia y la pesca, indicó la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen.

La jefa del Ejecutivo comunitario y el primer ministro británico, Boris Jonhson, hablaron por teléfono en la tarde del sábado para evaluar el punto en que se encuentran las negociaciones que, tras varios días de conversaciones en Bruselas, se reanudarán la semana que viene en Londres.

"Se han hecho algunos progresos, pero persisten grandes diferencias, en particular en lo que se refiere a la igualdad de condiciones y la pesca", dijo von der Leyen en la red social Twitter. "Nuestros equipos continuarán trabajando duro la próxima semana. Seguiremos en estrecho contacto en los próximos días", añadió tras la conversación con el "premier" británico.

Los equipos negociadores han mantenido esta semana varios días de reuniones presenciales en Bruselas, así como contactos por videoconferencia, y prevén retomar las conversaciones el lunes en Londres, a dónde se desplazará el negociador jefe europeo, Michel Barnier.

"Volveré a Londres mañana por la noche. Las negociaciones continuarán la semana próxima con (el negociador británico) David Frost y el equipo del Reino Unido para encontrar un acuerdo que respete los intereses y valores de la UE y sus 27 Estados miembros", dijo Barnier en Twitter.

Los últimos contactos no han servido para solventar ninguno de los tres puntos en los que permanecen encalladas las negociaciones desde hace meses: las normas sobre subsidios (dónde el objetivo es garantizar una competencia justa entre ambas partes), la pesca y la gobernanza del futuro acuerdo. Las declaraciones de von der Leyen dejan entrever, no obstante, a que los dos primeros serían los más problemáticos.

Barnier ya informó el miércoles a los embajadores de los Veintisiete y la Eurocámara de que persisten "graves diferencias" entre ambas partes, un diagnóstico compartido también por su homólogo británico, David Frost, si bien ninguno de ellos descartó totalmente que aún sea posible lograr un pacto antes de finales de año.

En su reunión con los Estados, el negociador jefe criticó la "falta de voluntad" del equipo británico para lograr avances y reconoció que "existe el riesgo" de no lograr un acuerdo, aunque se mostró "optimista" sobre las posibilidades de conseguirlo, según explicaron fuentes comunitarias.

Ambos lados del canal de la Mancha negocian contra reloj para tratar de tener listo el tratado que rija sus relaciones bilaterales después del 31 de diciembre, cuando terminará el periodo de transición pactado para el Brexit. A partir de esa fecha, el Reino Unido dejará de estar vinculado a las estructuras comunitarias y pasará a comerciar con los Veintisiete según los aranceles y cuotas genéricos de la Organización Mundial de Comercio (OMC), a no ser que pacte antes un nuevo marco comercial.