- Los líderes de la Unión Europea (UE), en una cumbre extraordinaria, se mostraron abiertos a “dialogar” con Turquía sobre las disputas por las prospecciones energéticas en aguas del Mediterráneo oriental y, en caso de que la vía diplomática no fructificara, a “aplicar sanciones” a Ankara. De este modo, el primer día de la reunión en Bruselas no concluyó con ninguna decisión concreta al respecto y se mantuvo la misma declaración de intenciones que mantiene el conflicto sin cambios. Es más, el debate evidenció la división entre Chipre y Grecia, que reclaman sanciones por ser los dos países afectados directamente por la propiedad de las aguas que reclaman, y el resto. Estos siguen apostando por unas conversaciones que no convencen a Turquía y unas amenazas que no le amedrentan.

Fuentes europeas señalaron que las primeras horas de reunión del Consejo Europeo no han servido para fijar una posición común en la UE sobre la relación con Turquía, el tema más espinoso que abordan los líderes este jueves.

Mientras que países como Alemania, Francia o Italia reiteran el apoyo al diálogo, Chipre y Grecia, los países afectados por las prospecciones petrolíferas turcas, exigen una posición más crítica hacia Ankara. España, por su parte, es otro de los firmes defensores del diálogo con las autoridades turcas y opina que ahora no es momento de adoptar sanciones.

Antes del texto que se espera aprobar al final de la cumbre, ayer los líderes se limitaron a una ronda de intervenciones de los estados miembro, por lo que todavía no se ha producido una discusión de base sobre la iniciativa del Consejo. La cumbre pasó después a un receso, momento en el que el presidente del Consejo, Charles Michel, aprovechó para mantener una reunión a cinco con los líderes de Francia, Alemania, Chipre y Grecia, que representan las posiciones más distantes ahora mismo en el Consejo Europeo.

Posteriormente los líderes continuaron el debate sobre la tensión en el Mediterráneo y se espera que un futuro avance en esta cuestión permita despejar las sanciones europeas en Bielorrusia, que pueden incluir al presidente, Aleixandr Lukashenko. La crisis en la antigua república soviética y la relación con Turquía están enlazadas en la cumbre puesto que Nicosia condiciona su apoyo a las sanciones contra Minsk a que el bloque europeo tome medidas similares contra Turquía por su intimidación en el Mediterráneo.

Polonia, por su parte, plantea un paquete de estabilización para el país que incluya apoyo económico, inversión en infraestructuras y aporte incentivos fiscales. Esta propuesta, respaldada por el grupo de Visegra que forman Eslovaquia, Hungría, República Checa y Polonia, se encuadra en las peticiones de los países bálticos, los más firmes contra Minsk, que piden un plan para la Bielorrusia post Lukashenko.

Alto representante de Política Exterior. Josep Borrell, alto representante de la Unión Europea para la Política Exterior, confía en que los líderes comunitarios superen el bloqueo que actualmente impone Chipre al establecimiento de sanciones a Bielorrusia por fraude electoral y represión, según expresó a su llegada al Consejo Europeo de ayer. “Hemos estado trabajando mucho para poner sobre la mesa sanciones a Bielorrusia y espero que los líderes superen las dificultades para tener la unanimidad requerida”, declaró el político español, que condena la quinta reelección del presidente Lukashenko considerado ilegítimo por la UE.