- Una comisión conjunta de la Unión Europea e Italia visitaron ayer Túnez para tratar con las autoridades la salida de migrantes irregulares rumbo a Italia, que se ha disparado a lo largo del verano. De hecho, ayer mismo las unidades de la Guardia Costera tunecina interceptaron un bote con 16 ciudadanos tunecinos que pretendían llegar de forma irregular a Europa a través del Mediterráneo. Del mismo modo, según datos oficiales cerca de 3.000 tunecinos han sido interceptados este año en el mar cuando pretendían navegar a Europa.

Según la prestigiosa ONG local Foro tunecino de Derechos Económicos y Sociales (FTDES), las salidas se han quintuplicado respecto al año precedente, hasta rondar las 6.000 personas que este año se han aventurado al mar empujadas por la grave crisis económica y social que padece el país.

En este contexto, la ministra del Interior italiana, Luciana Lamorgese, el ministro de Asuntos Exteriores, Luigi Di Maio, la comisaria de Asuntos Internos de la UE, Yiva Johansson, y el comisionado de la UE para los países vecinos, Oliver Varhelyu, viajaron ayer a Túnez para reunirse con Kais Said, presidente de la República. Fuentes diplomáticas explicaron que el objetivo es coordinar “una amplia estrategia conjunta” para frenar la salida que combine incentivos económicos y seguridad.

La semana pasada, Di Maio ya advirtió de que su gobierno se plantea recortar 6,5 millones de euros de los fondos de ayuda a Túnez hasta que este país no muestre “un compromiso real” en la prevención de los flujos migratorios irregulares.

En este contexto, el presidente tunecino insistió en la necesidad de que las políticas sirvan para acelerar las inversiones en Túnez y cambiar la tendencia actual, marcada por el pesimismo de la población, y en especial de los jóvenes, sobre el futuro del país.

“Ahora es el momento de actuar juntos para contener la presión (migratoria) y abordar las causas para ayudar a cambiar la percepción de los jóvenes de su realidad y de su país y darles la esperanza de una vida mejor”, dijo Said.