Una de las víctimas del presunto violador en serie, que incluso llegó a editar y poner música y textos a otros vídeos tomados sobre otras perjudicadas aparentemente inconscientes.

Uno de estos vídeos fue enviado además a una de las víctimas, según se desprende de la declaración de dos agentes de la Ertzaintza asignados a una sección de la Policía vasca especializada en la investigación de agresores sexuales en serie que han declarado este martes en la segunda sesión del juicio que se sigue en la Audiencia de Gipuzkoa contra este hombre por una violación ocurrida la mañana del 1 de enero en Lasarte-Oria.

Los testimonios de estos agentes han revelado datos hasta ahora desconocidos sobre la forma de actuar del presunto violador, al que su unidad investigaba desde 2012 pero que no pudo ser detenido hasta 2019, tras la denuncia formulada por una chica en Beasain a raíz de la cual se obtuvo el perfil genético del acusado que permitió relacionarlo con los casos anteriores.

Entre otras evidencias, tras su arresto, la Ertzaintza encontró numerosas imágenes y vídeos en el ordenador del procesado con mujeres inconscientes y desnudas siendo agredidas sexualmente de forma "explícita", algunas de las cuales no habían denunciado haber sido abusadas y cuatro de las cuales habrían sido agredidas en varias oportunidades, según han desvelado estos policías.

El hecho de que estas grabaciones hubieran sido obtenidas en el interior del domicilio permitió además a los investigadores descubrir que el presunto violador había cambiado su "modus operandi" en 2015, fecha en la que momentáneamente se le perdió la pista, ya que había dejado de usar los aerosoles con los que inicialmente intentaba neutralizar a sus víctimas para emplear cloroformo y además había comenzado a actuar en el interior de viviendas.

Como han comentado estos policías, para acceder a estos domicilios el hombre habría sustraído las llaves de algunos de los hombres que trabajaban con él para acceder a las viviendas de mujeres vinculadas a ellos.

El testimonio de estos agentes, junto a otros de sus compañeros, varios pertenecientes a la Policía científica, han permitido además reconstruir el contexto en el que se produjo la agresión ocurrida en Año Nuevo de 2015 en Lasarte-Oria, cuando la víctima abandonó el último bar en el que estuvo aquella madrugada y, sobre las 7.00 horas, se dirigió a su domicilio, bordeando la estación de Eusko Tren, en paralelo a un bidegorri existente en el lugar, tras lo que fue abordada por la espalda por un varón que la durmió con cloroformo antes de violarla.

Como han revelado las investigaciones, en esta zona se localizó después una copa de sujetador impregnada con esta misma sustancia que presuntamente fue empleada para adormecer a la víctima.

En este mismo lugar, en el que los repetidores de telefonía sitúan también el móvil del inculpado, las cámaras de seguridad de la estación grabaron, con no muy buena calidad, a un sospechoso siguiendo encapuchado a la perjudicada tras haberlo intentado antes sin éxito con otra chica.

Se da la circunstancia de que exactamente un año antes, el 1 de enero de 2014, otra mujer había denunciado haber sufrido otra agresión sexual en el mismo lugar y a la misma hora, tal y como ha revelado uno de los agentes, que también ha recordado que en el ordenador del inculpado se hallaron varias búsquedas en internet sobre cómo utilizar el cloroformo, sustancia que tiene varios usos "compatibles" con los trabajos que prestaba la empresa del inculpado.

Sobre la posibilidad de que el acusado hubiera actuado en estado de ebriedad cuando sucedieron los hechos, como él mismo declaró ayer en la primera sesión del juicio, este policía ha indicado que el hombre que aparece en las imágenes se encontraba "perfectamente", ya que se le ve "controlando" el lugar a la espera de una víctima.

Este agente ha desvelado, por otra parte, que entre las imágenes que se incautaron al procesado en 2019 no apareció ninguna perteneciente a la víctima de Lasarte-Oria cuyo caso está siendo ahora enjuiciado.

Junto a esta presunta violación, el acusado se encuentra a la espera de sentencia por otra agresión sexual cometida en 2019 en Beasain que fue la que condujo a su detención. Asimismo está pendiente de juicio por otros tres episodios ocurridos en Anoeta, Andoain y Tolosa, mientras que un sexto caso aún no ha sido calificado por las partes.