DONOSTIA - La defensa del súbdito nicaragüense acusado de matar de dos cuchilladas en Elgoibar a un compatriota y dejar malherida a su acompañante ha reconocido hoy la culpabilidad del acusado al que no obstante responsabiliza de un homicidio y no de un asesinato como mantienen el fiscal y las acusaciones particulares.

La defensa profundizará en esta tesis -desvelada hoy tras dos años de silencio del procesado- en el juicio por estos hechos que tendrá lugar a partir del próximo lunes en la Sección Tercera de la Audiencia de Guipuzkoa ante un tribunal del jurado, cuyos miembros, nueve hombres, han sido seleccionados hoy por las partes.

El crimen tuvo lugar la madrugada del 11 de mayo de 2019 cuando, horas después de mantener una discusión con el fallecido en un bar de Elgoibar, el procesado lo acuchilló mientras se despedía de la mujer en el portal del edificio donde ésta vivía, a la que también causó diferentes heridas por arma blanca.

La Fiscalía reclama penas que suman 24 años de prisión para el inculpado por un delito de asesinato y otro de lesiones agravadas, al igual que la acusación particular que ejerce la familia del fallecido.

El abogado de la chica cree sin embargo que la agresión hacia su representada fue en realidad una tentativa de asesinato, ya que, en su opinión, ella podría haber muerto si no hubiera tenido tiempo de refugiarse en el portal de su casa mientras su compañero huía, y de no haber vestido una cazadora gruesa que evitó una mayor gravedad de las heridas.

Con todas estas circunstancias, el principal interés de la vista se centrará a lo largo de la próxima semana en determinar la posible existencia de alevosía en la actuación del acusado.

Este concepto jurídico, que marca la diferencia entre el homicidio (penado con entre 10 y 15 años de cárcel) y el asesinato (castigado con entre 15 y 25) se da cuando el agresor intenta asegurar la muerte de su víctima en unas circunstancias y con unos medios que le evitan asumir riesgo alguno para su persona.

De esta manera, durante la vista adquirirán especial importancia aspectos como la forma en la que fueron asestadas las cuchilladas, algunas de ellas por la espalda según las acusaciones, así como si el procesado tenía formación militar y si la víctima, desarmada y afectada por el alcohol que había consumido, tuvo alguna opción de defenderse.

Determinar el grado de alcohol en sangre del inculpado y conocer si sus capacidades estaban alteradas cuando ocurrieron los hechos resultará igualmente relevante ante la posible aplicación de una atenuante por intoxicación etílica.

Asimismo, será preciso aclarar factores como si el encuentro entre las personas implicadas fue "casual" y derivó luego en una pelea, como cree la defensa, o si, por el contrario, el encausado sometió a sus víctimas a un seguimiento premeditado, acechándolos por distintas calles de Elgoibar, antes de abordarlos por sorpresa, como aseguran las acusaciones.

La consignación de una cantidad de 5.000 euros en la cuenta de los juzgados ayer mismo por parte del inculpado añade un elemento más de discusión al juicio, dado que el jurado deberá pronunciarse también sobre si considera que con este gesto es factible aplicarle una atenuante de reparación del daño causado o si esta cantidad resulta insuficiente para ello, a tenor de que la petición de compensaciones a las que se enfrenta superan los 400.000 euros.

Las sesiones de la próxima semana contribuirán también a aclarar el móvil de la agresión del que, según ha señalado una de las acusaciones en la sesión de hoy, aún se desconocen los motivos. Si bien la defensa, que ha asegurado que su cliente "se arrepiente" de lo sucedido, ya ha advertido de que hay hechos que no tienen "una explicación".

La primera sesión de la vista oral arrancará el próximo lunes con el testimonio del inculpado, y continuará luego con las declaraciones de los primeros testigos.