Un joven se enfrenta a una petición de siete años de prisión por parte de la Fiscalía de Gipuzkoa, que le acusa de haber violado en un domicilio de Errenteria a una chica de 18 años que se encontraba afectada por el alcohol, lo que le impidió que pudiera "reaccionar para evitarlo". En este mismo procedimiento, que será juzgado este miércoles en la Audiencia de Gipuzkoa, se encuentra procesado un segundo individuo que también abusó presuntamente de la joven en similares circunstancias, aunque sin llegar a penetrarla como en el caso del primero, por lo que se enfrenta a una petición de condena menor por parte del Ministerio Público que demanda para él un año y medio de reclusión.

Según el escrito de acusación provisional de la Fiscalía, los hechos sucedieron la madrugada del 26 de febrero de 2017, cuando la víctima estuvo junto a varios amigos y conocidos en distintos bares de Donostia en los que "consumió abundantes bebidas alcohólicas hasta que, a una hora indeterminada, acudieron a una discoteca en la que entablaron conversación con los dos procesados". Finalmente, todos ellos decidieron desplazarse en topo a Errenteria para acudir a un bar de esta localidad, si bien durante el trayecto la perjudicada comenzó a sentirse "somnolienta" y "mal" a causa del alcohol que había consumido y al cansancio provocado por la ingesta de este tipo de bebidas.

Al llegar al citado establecimiento, los jóvenes descubrieron que se encontraba cerrado por lo que, a propuesta de uno de los acusados, todos los miembros del grupo se dirigieron al domicilio en el que éste vivía junto a sus padres, quienes estaban ausentes y adonde llegaron sobre las 6.00 horas.

Nada más entrar en la vivienda, la afectada "se quedó adormilada" en un sofá, hasta que poco después se encaminó a una de las habitaciones, "con intención de dormir" y se acostó vestida sobre una cama.

Al cabo de un tiempo, el principal acusado se tumbó junto a ella y, "con ánimo libidinoso", presuntamente "comenzó a tocarle por todo el cuerpo, incluida la zona vaginal", e intentó besarla "de forma reiterada" con la oposición de la víctima que "le dijo claramente que la dejara en paz, pues lo único que quería era dormir".

No obstante, el inculpado permaneció en el lugar hasta que la mujer volvió a quedarse dormida y "sumida en un estado de sopor" debido "al agotamiento provocado por la previa ingesta de alcohol y la falta de sueño". "Aprovechando tal circunstancia", prosigue el documento, y "con ánimo de satisfacer sus deseos sexuales", presuntamente penetró a la joven "sin su consentimiento" y sin que ésta, "debido al estado en el que se hallaba, se percatara de lo que estaba sucediendo, al menos totalmente" y sin que, "en cualquier caso, pudiera reaccionar para evitarlo u oponerse a ello". Una situación de la que, como relata la Fiscalía, "era plenamente consciente el acusado" y de la que la chica no empezó a tomar conciencia hasta que, sobre las 9.45 horas, fue despertada por el otro encausado.

La joven se dirigió entonces al baño para asearse y vestirse, momento en el que el primer joven presuntamente, se apoderó de móvil de la chica, de su tarjeta de autobús, las llaves de su domicilio y otros efectos y documentación, tras lo que éste abandonó la vivienda.

Al darse cuenta del robo, la víctima bajó a la calle tras el inculpado pero, como no lo localizó y "carecía de medios para desplazarse" a su casa, volvió a subir al piso donde ya sólo permanecía el secundo procesado, quien se ofreció a ayudarla a buscar sus cosas "más tarde". "Entre tanto, la perjudicada se acostó de nuevo para descansar en una cama de otra habitación", prosigue el escrito del Ministerio Público.

El segundo procesado se tumbó entonces junto a ella y supuestamente la sometió a distintos tocamientos de índole sexual. La chica tuvo que "apartale las manos dos o tres veces", ante la insistencia de este joven "en tocar sus partes íntimas", hasta que "finalmente depuso su actitud".

La Fiscalía considera al principal acusado responsable de un delito de abuso sexual y de un delito leve de hurto por los que reclama siete años de cárcel, una multa de 900 euros, ocho años de alejamiento e imposibilidad de comunicarse con la chica, así como otros ocho años de libertad vigilada una vez sea puesto en libertad.

Para el segundo imputado pide un año y medio de cárcel, dos de libertad vigilada una vez que sea excarcelado, y que no pueda comunicarse con su víctima ni aproximarse a ella durante tres años. Igualmente, el Ministerio Público solicita que el principal encausado compense con 7.000 euros a su víctima y que el segundo lo haga con 1.000.