La mujer que perdió un ojo al ser agredida con una botella rota por una joven que le reventó el globo ocular de un golpe, ha asegurado este martes que "no sabe cómo" se produjo el ataque, solo que notó un golpe como una "estocada" que le hizo perder la visión.

La víctima de esta agresión, ocurrida la madrugada del 22 de noviembre del año pasado en el exterior de una discoteca de Irun en la que previamente ambas mujeres habían mantenido una disputa, ha declarado en el juicio por estos hechos celebrado en la Sección Primera de la Audiencia, donde la presunta agresora se ha mostrado arrepentida de lo ocurrido.

La Fiscalía de Gipuzkoa pide diez años de cárcel para la procesada, a la que imputa un delito de lesiones con pérdida de miembro principal por el que reclama una pena de diez años de cárcel, además de una compensación de 170.207 euros para la víctima.

Asimismo, demanda que la presunta agresora no pueda comunicarse con la damnificada ni aproximarse a ella durante otros diez años más.

Según la versión de Ministerio Público, los hechos sucedieron entre las 6.00 y las 7.00 horas del 22 de noviembre de 2019, cuando ambas mujeres tuvieron un desencuentro verbal en una sala de fiestas de la localidad irundarra.

Poco después, ya en el exterior del local, la imputada se aproximó a la víctima "portando una botella de vidrio rota" y, "con intención de atentar contra su integridad física", presuntamente le produjo "diversos cortes" en la región posterior del hombro derecho, en el lateral de la mano derecha y en la "zona periocular" del mismo lado que le ocasionó "el estallido del globo ocular", tras lo que abandonó el lugar.

A consecuencia de la agresión, la víctima tuvo que recibir atención médica para la sanación de sus lesiones que, entre otras secuelas, han conllevado la pérdida de visión del ojo, además de un perjuicio estético y un grado de discapacidad del 33%.

Durante la sesión de este martes, la víctima ha explicado que el desencuentro con la presunta agresora se inició en el interior de la salas de fiestas en la que ambas se encontraban, donde uno de sus acompañantes tiró al suelo fortuitamente la copa de la acusada, tras lo que ella se ofreció a "reponérsela".

No obstante, al darse la vuelta, la inculpada le tiró del pelo, por lo que tuvo que intervenir el personal de la discoteca, tras lo que ella decidió marcharse a su casa.

Una vez en el exterior, cuando ya caminaba junto a una amiga hacia su domicilio, notó un golpe que le impactó como una "estocada" en el rostro, tras lo que luego llegaron "más", sin que ella llegara a apercibirse de "cómo pasó ni cómo fue" por lo sorpresivo de la acometida. "No me dio 'chance' ni a reaccionar", ha asegurado.

La presunta agresora, por su parte, ha sostenido que no vio sangrar a la víctima y que no fue consciente de la gravedad de las heridas, tras lo que se ha mostrado arrepentida de lo sucedido.