Dos de cada tres personas en el Estado español solo se toma en serio su salud cuando ésta le da un primer aviso o susto, según el estudio 'Bienvejecer', elaborado por las consultoras Alpha Research y Burson para ASISA.

En torno a la razón para no realizar cambios hacia un estilo de vida más sano, no apelan tanto a la economía como a la falta de tiempo y la motivación.

Concretamente, según el estudio, la principal dificultad es la falta de tiempo (48%), una barrera que se siente con especial intensidad en comunidades como Aragón y Madrid (58%). A esta le sigue de cerca la falta de motivación (38%).

Además, aunque la falta de recursos económicos (21%) ocupe un tercer lugar en la lista general, esta se convierte en una barrera significativamente mayor para las mujeres (25%) que para los hombres (16%).

La procrastinación en materia de salud es una tendencia generalizada. Tanto es así que dos de cada tres personas (66%) creen que la mayoría de las personas de su edad solo se plantean seriamente un cambio de hábitos cuando experimentan un problema de salud relevante o un "susto" propio o de alguien cercano, una percepción que se dispara en Asturias, donde alcanza al 78% de la población.

Este dato subraya una cultura reactiva frente a la prevención, donde la salud se da por sentada hasta que una señal de alarma obliga a tomar conciencia.

Pese a la tendencia a dejarlo "para mañana", la respuesta hipotética ante una advertencia médica directa es contundente. Un 59% de los encuestados asegura que cambiaría sus hábitos de forma inmediata, siendo las mujeres (62%) más decididas a hacerlo que los hombres (56%).

Esta determinación es especialmente alta en La Rioja (70%), pero desciende notablemente en Galicia, donde solo el 45% actuaría de inmediato. De hecho, un 33% de los ciudadanos reconoce que, aunque se lo tomaría en serio, le costaría empezar, y un 6% admite que probablemente no haría grandes cambios, evidenciando la fuerza de la inercia y la falta de motivación.

Estos últimos datos dibujan una radiografía clara de los propósitos de Año Nuevo de cara a 2026. Y es que, aunque los ciudadanos son conscientes de la importancia de cuidarse, posponen la acción amparados en la falta de tiempo y de empuje, esperando a menudo una señal de alerta que les obligue a pasar, por fin, a la acción.