no hay quien lo pare. Y no lo dice el presidente Sánchez en una entrevista radiofónica amañada. Le encanta adelantarse con noticias positivas, aunque sea una imprudencia, porque las reacciones de la ciudadanía siempre son negativas. Puede que estos otros vayan más en serio, porque lo son. Me refiero al médico navarro del Hospital Mont Sinai de Nueva York, que afirma en un medio especializado que el mes de enero será horroroso, pero esta primavera se acaba la pandemia, y al director de Enfermedades Infecciosas del Hospital de Massachusetts, en otra revista profesional; ambos trabajan con simuladores. Más cerca, el historiador de la Medicina Anton Erkoreka opina lo mismo, y a la bibliografía sobre pandemias se remite, y el ingeniero oñatiarra Unai Otamendi lo demuestra con la herramienta de cálculo que ha diseñado. Lo intuye Felix Zubia, jefe de la UCI donostiarra y hábil comunicador.

Aviso a navegantes. En Las Landas se han sacrificado más de 40.000 patos este mes. Se han detectado otros focos en Portugal y en fauna silvestre en Catalunya. En los últimos días miles de grullas han muerto en la reserva natural de Hula (Israel) como consecuencia de la gripe aviar o influenza tipo A, producida por el virus H5N1. Este virus, de origen asiático, viejo conocido de los veterinarios, es altamente contagioso entre las aves de corral, afectando también a los humanos. Fue detectado en 1996 en gansos y un año más tarde en personas, como consecuencia de un brote en aves en Hong Kong. Entre 2003 y julio de 2021 se han notificado 863 casos en humanos en 19 países, de los que 456 fueron mortales. El reservorio de todos los virus influenza tipo A son las aves acuáticas, en particular, gansos, patos y gaviotas. Todas las pandemias de gripe han sido ocasionadas por virus de este tipo. Tomen nota los expertos de medio pelo, técnicos-científicos del LABI, epidemiólogos de cursillo, microbiólogos de ocasión y tertulianos. Es pregunta de examen.

Continúan haciendo cosas para aparentar que se hace algo. Seguimos sin comunicar, pero se incrementa la propaganda. Nos siguen tomando por tontitos del haba. Estamos subastando los alumnos positivos. Primero pasaron de dos a tres. Ahora para considerar brote se amplía a cinco el número de escolares afectados para confinar el aula. La semana que viene, ya veremos. Queda margen hasta 20 o 25 escolares por aula. Sin el menor rigor científico, claro. Los pediatras alucinan. Tres positivos parecía más que razonable para el aislamiento de toda una clase, porque sería mucha casualidad que los tres casos llegaran externamente y no hubiese habido transmisión dentro del aula, que es lo que se pretendería evitar. Euskadi ha establecido su propio protocolo. Podremos demostrar que seguimos siendo los mejores en algo más que en positivos.

Al parecer, se trata de una concesión a la presión de Madrid y Andalucía para abolir los confinamientos de los grupos burbuja. Tal vez, valorando que tampoco hubiese pasado nada por esperar unas semanas, cuando ya tengamos unos porcentajes de vacunación mayores y con la mayoría de los niños correctamente vacunados, no necesitaran aislarse.

Es más, los padres han sentido alivio con esta decisión, pero la Sociedad Española de Pediatría afirma que debemos ser conscientes de que no tendrán el niño aislado en casa, pero lo tendrán contagiado, unos días después. En casa, claro. Amanecerá y veremos. No pasará nada por cambiar una vez más y apresuradamente de criterio. Es evidente que pesan más los motivos económicos y de conciliación que los sanitarios estrictos. A no ser que la estrategia vaya por otro lado, que podría ser. Entonces, que se atrevan a explicar la conveniencia de una infección infantil masiva, ahora que los yayos están vacunados.

Como elemento positivo, afirman que las consecuencias clínicas de esas infecciones en los niños son menores y no parece haber cambiado con ómicron. Sería oportuno facilitar la vacunación con terceras dosis al personal docente y trabajador de las escuelas, un colectivo al que, desde el primer momento, les estamos exigiendo unos sacrificios y unas dedicaciones que sobrepasan su trabajo habitual. Y están respondiendo admirablemente.

Consuman carne, pero con moderación. Dos o tres veces a la semana es cosa sana. Es fuente de proteínas de alta calidad. Si no cabe más remedio, de granjas intensivas, que tampoco pasa nada. Si pueden permitírselo, de la mejor. Lábel, de cercanía, certificada o ecológica, pollo de caserío o jamón de ibérico 100%, sin dar pábulo a las declaraciones del ministro torpe donde los haya, miembro de un gobierno que debería aportar soluciones a los problemas que, dicen que dijo, pero ninguno las leyó en inglés, y que la derechona eleva a la categoría de primicias sobredimensionadas con sensacionalismos y amarillismos, sazonadas con las aportaciones costumbristas del maño Lambán desde el Tubo zaragozano con ese olor a fritanga de madejas y calamares, y las heroicas del paje Emiliano, a la puerta del Alcázar blandiendo el fiero acero toledano e invitando a embutido manchego al interfecto. Y el presidente Sánchez dice que es lamentable. ¡País!

Ahora se conocen tres adjudicaciones fraudulentas de test de antígenos a empresas vinculadas al PP, casualmente en Castilla y León. Cada test sale a 32 euros. Parece un poco caro. Conociendo el ganado, saldrán más asuntos similares y de comisiones con la compra de mascarillas y vacunas, por ejemplo, pero no solo de los populares castellanos. Al tiempo. Claro que es peor el acoso, amenazas e intento de asesinato de las que ha sido objeto el doctor Fauci en EEUU por parte de algunos republicanos, según denunció en la Cámara Alta norteamericana. Efectivamente, el covid causa muchas bajas. Y a algunos, pingües beneficios.

Zurrukutuna. Merluza rebozada y peras al vino. Tinto Monte Real de Bodegas Riojanas, reserva 2012. Café, un chupito de Remigio y, a ver con qué nos adormece la tele.

Pesan más los motivos económicos y de conciliación que los sanitarios estrictos