- De nuevo la luz del día dejó a la vista las miserias de la noche. La cara oculta de la fiesta y la despreocupación excesiva, que dejó estampas tristes. Lamentables incluso en varios municipios de Gipuzkoa. En Donostia, los equipos de limpieza se encargaban por la mañana de recoger las decenas de kilos de residuos, principalmente botellas y envases de bebidas que los jóvenes reunidos en la zona del puerto, en pleno centro, dejaron olvidados en la vía pública durante la madrugada de Año Nuevo.

La estampa se repitió en varios municipios del territorio y en Ordizia, por ejemplo, el propio Ayuntamiento lanzó un mensaje elocuente, junto a varias fotos de la ensalada de desechos que dejaron detrás de sí los ímpetus juveniles del nuevo año: “Urte berriaren lehen irudia dugu Ordizian. Goierri Lanbide Eskolako aparkalekua zaborrez beteta” (Tenemos la imagen del nuevo año en Ordizia. El parking de la Escuela Profesional de Goierri lleno de basura)”. En un tuit breve pero revelador, el Consistorio dejó en evidencia el incivismo de varios de los vecinos que, más allá de reunirse para beber en botellón en plena situación de alerta sanitaria, son incapaces luego de preocuparse siquiera por recoger los residuos generados. Un mal que se repite.

El mensaje del Ayuntamiento de Ordizia terminaba “dando las gracias nuevamente” a los empleados de la limpieza de la vía pública por el trabajo que realizan y recordó que “evitar todo esto es responsabilidad de todos”. Sin grandes broncas, las imágenes hablaban por sí solas.