a recta final de este 2021 trae el recuerdo amargo de un fatal desenlace. El próximo jueves día 30 se cumple un año de la muerte del ertzaina Iñigo Echarri, de 47 años de edad, que perdió la vida cuando conducía un coche patrulla de madrugada y cayó al río Urumea tras impactar contra la barandilla del puente de María Cristina, en Donostia. El agente viajaba con un compañero que, milagrosamente, pudo salir del vehículo cuando ya se sumergía.

“Se le ha intentado dar a lo ocurrido un halo de misterio cuando en realidad todo fue fruto de un accidente, una fatalidad”, indican a este periódico desde el sindicato mayoritario de la Ertzaintza, ErNe, la “única organización” que “de forma particular” denunció las calumnias y ataques recibidos por el agente fallecido en la redes sociales. Hay cuatro personas imputadas por estos hechos. Entre ellas, figura un joven de Villarreal y tres de la CAV.

Se les tomó declaración en los juzgados de Donostia y el caso está en fase de investigación. “Ha sido la primera vez que los insultos vertidos contra ertzainas en redes sociales son llevados al juzgado. De esta forma se han contenido unas acciones que no habían sido respondidas ni por el propio Gobierno Vasco y que empezaban a ser preocupantes para los propios ertzainas”, señala el sindicato un año después del accidente mortal.

Con respecto al siniestro en el que perdió la vida Echarri, tanto el Departamento vasco de Seguridad como Martín Ibabe, concejal de Seguridad en el Consistorio donostiarra, señalan a este periódico que se ha abierto un procedimiento judicial sobre el cual no tienen “nada nuevo” que aportar, y se remiten al informe pericial.

El fatal accidente ocurrió de madrugada. El reloj marcaba las 3.30 horas cuando Echarri patrullaba junto a un compañero por el paso subterráneo de Egia, cerrado actualmente por las obras de la estación de Atotxa que acogerá al TAV.

En la zona se habían cometido entonces agresiones sexuales, por lo que era habitual que las patrullas incluyeran el subterráneo en sus rutinas diarias. Era una de aquellas noches en las que se había decretado toque de queda para contener la evolución de la pandemia. Apenas había nadie en la calle.

Subida de la rampa

Sin giro a la izquierda

El coche atravesó el paso subterráneo a una velocidad de entre 6 y 8 km/h, según recoge el informe pericial. El análisis de las cámaras de los alrededores del puente, que grabaron los hechos, permitió conocer el movimiento que realizó el vehículo, la velocidad que alcanzó y cómo se produce la rotura de la barandilla y la caída, aunque no esclareció lo que pudo ocurrir en el interior del vehículo. La patrulla subió la rampa, pero en vez de girar a la izquierda para incorporarse a la carretera, impactó contra la barandilla del puente de María Cristina a una velocidad de 16 km/hora. El informe pericial señala que la muerte del agente se produjo por “un factor humano”.

Tras caer al agua, Eneko, el copiloto de 33 años, demostró gran habilidad para salvarse de una muerte segura, a pesar de ser entonces un agente en prácticas. Fueron minutos muy tensos. Fuentes de la investigación confirmaron entonces a este periódico que el agente vivía “de milagro”. “Ha visto que poco a poco comenzaban a hundirse y ha conseguido romper el cristal de su lado, el de copiloto, dando patadas con los pies. Han sido unos minutos muy angustiosos”, indicaron agentes desplazados al lugar. Fue un rescate muy complicado que se prolongó durante 40 minutos. Las malas condiciones meteorológicas y marítimas , en plena marea alta y con olas en esa zona del río, dificultaron el rescate.

Eneko, que fue atendido de una hipotermia, tuvo que desprenderse del correaje en una rápida acción a vida o muerte. El agente fue rescatado con una temperatura corporal de 28 grados y agua en los pulmones. También presentaba cortes en las piernas, que no revestían de gravedad, por los intentos a la desesperada de salir del coche, algo que no pudo conseguir su compañero.

Se sabe que el conductor siempre realizaba la misma maniobra al volante cuando patrullaba por esa zona, según la información recabada en la reconstrucción del siniestro y gracias a las declaraciones de varios compañeros. El agente acostumbraba a girar en esa dirección para después dar marcha atrás y salir a la carretera. Aquella madrugada impactó contra el puente y se precipitó al río. El informe revela que Echarri disparó en tres ocasiones tratando de romper la ventanilla, pero no consiguió salir.

La investigación la ha dirigido la Guardia Municipal de Donostia y la Ertzaintza ha colaborado en las pesquisas, con un dictamen emitido por los expertos en accidentes de tráfico de la Policía autonómica. El equipo de reconstrucción de accidentes de la Ertzaintza concluyó su investigación y remitió el informe para incorporarlo al atestado.

Siempre realizaba la misma maniobra al volante cuando patrullaba por la zona, pero aquella noche no pudo girar a la izquierda al salir del túnel