La escasez de recursos naturales y el exceso de basura provocado por un modelo económico hasta ahora lineal, cuyo ciclo se define como recurso-producto-residuo, ha puesto sobre la mesa la necesidad de producir de manera sostenible. Ahí es donde entra en juego la economía circular, un concepto que cada vez escuchamos más a menudo, y que tiene como objetivo alargar lo máximo posible la vida de los materiales, para reducir la dependencia de las materias primas y evitar en la medida de lo posible la generación de residuos. De ahí el adjetivo "circular", en el sentido de que el ciclo del producto no culmina en el residuo, sino que a ese producto se le otorga una "nueva vida", convirtiendo el residuo en un nuevo recurso.

Que la economía del futuro será necesariamente sostenible es una de las principales conclusiones del encuentro digital Economía circular: La importancia de convertir el residuo en recurso organizado por NOTICIAS DE GIPUZKOA y disponible en la web de este periódico. Moderado por la periodista Oihana Prado, el coloquio contó con la participación de Cristina Peña, directora del aula Universidad-Empresa de Economía Circular de UPV/EHU, Mikel Serrano, alcalde de Zumarraga, y Unai Navarro, gestor de Comunicación de Coca-Cola.

La investigación de nuevos materiales, el ecodiseño, los nuevos métodos de reciclaje, la reducción de materias primas y la gestión del plástico fueron algunos de los temas que centraron el debate. Uno de los aspectos en los que insistieron los ponentes fue en la necesidad de reducir, reciclar y reutilizar. "Los recursos del planeta son finitos, por lo que no es viable seguir en la línea de explotación que hemos llevado a cabo hasta ahora, y es que cada año se extraen 100 gigatoneladas de materiales de la Tierra. Además, de reducir los residuos, es importante incidir en la eficiencia de los recursos", aseveró Peña.

Un tema, según el alcalde de Zumarraga, en el que las instituciones llevan más de 20 años trabajando, "analizando las opciones que se puedan presentar como oportunidad en aras de mantener el crecimiento económico y social, sin que ello repercuta en un consumo desmedido de recursos". En ese sentido, Serrano elogió la labor que está realizando el departamento foral de Medio Ambiente encabezado por José Ignacio Asensio: "En las dos últimas legislaturas se ha agarrado el toro por los cuernos y gracias a las políticas activas que se han puesto en marcha, podemos decir que Gipuzkoa es en la actualidad el único territorio del Estado sin vertederos. Esto nos ha dado una oportunidad de posicionarnos y adelantarnos a los objetivos marcados desde Europa. Las decisiones tomadas en Gipuzkoa han sido firmes lo que ha permitido dar pasos de gigante".

Fruto del esfuerzo realizado en el territorio en este sentido, en 2020 la tasa de reciclaje en Gipuzkoa se situó en el 55%, un logro que se consigue con cinco años de antelación con respecto a los objetivos marcados desde Europa.

Una de las claves para la consecución de estos buenos datos reside en la concienciación social y es que, según subrayó Serrano, "en la mancomunidad de Sasieta a la que pertenece Zumarraga, la tasa de reciclaje asciende al 75%, lo que nos da pie a seguir apostando por la vía de la concienciación".

Navarro, por su parte, añadió que "las empresas juegan un importante papel en cuanto a la reducción de residuos. También en el ámbito de la concienciación social, valiéndonos de la posibilidad que tenemos de comunicarnos directamente con el cliente. Por poner un ejemplo, poner en los tapones de las botellas mensajes de concienciación como Recíclame o una campaña que hicimos cuyo lema era Si no me vas a reciclar, no me compres, ponen de manifiesto que estamos ante un cambio de paradigma".

Objetivo: residuo cero

Investigación y conocimiento

No cabe duda de que el conocimiento juega un papel fundamental en la transición hacia un nuevo modelo económico. En ese contexto, en el año 2020 se creaba el aula Universidad-Empresa de Economía Circular en el seno de la Escuela de Ingeniería de UPV/EHU. "Este aula tiene como objetivo formar profesionales que incorporen las competencias propias para el desarrollo de la economía circular. Por otra parte, el fin de este espacio es generar conocimiento a través de proyectos de investigación que realizan los alumnos. La Universidad es un engranaje más de la sociedad y es nuestro deber generar conocimiento y formar profesionales para afrontar los retos de futuro", explicó la investigadora.

Sobre los avances que se están dando en materia de investigación, Peña destacó que "se está avanzando mucho en la investigación y el desarrollo de nuevos materiales y de nuevos procesos de reciclado. Además del proceso termomecánico, que consiste en fundir y volver a dar forma a los materiales, poco a poco se están implantado otros métodos como la pirolisis que permite el reciclado de otro tipo de polímeros más complejos. Hay envases como las botellas PET que se pueden reciclar a través de procesos de extrusión, pero hay otro tipo de residuos derivados de ese PET marino que requieren de otro tipo de tratamiento. Ese sentido, una de nuestras alumnas se encuentra realizando una tesis para desarrollar un proceso de reciclado químico que permite reducir tiempos y, por tanto, la energía empleada en el proceso. El proceso consiste en romper la molécula para volver a unir esos fragmentos de molécula obteniendo nuevos polímeros. En el ámbito de los residuos marinos hay mucho por investigar porque la vida que han llevado en el mar, condicionada por la exposición a los rayos ultravioletas, el oleaje y demás, influye en su proceso de reciclado", aclaró.

Sobre los residuos marinos, Navarro dio cuenta de la iniciativa Mares Circulares, un proyecto de Coca-Cola que busca ayudar a reducir los residuos de nuestras costas, entornos acuáticos y fondos marinos. Además de acciones de limpieza de playas, en la última edición han realizado tareas de recogida de residuos en Zumaia, Deba y Zarautz, Coca-Cola fomenta la actividad investigadora e innovadora y lleva a cabo talleres de formación y concienciación.

¿Podemos vivir sin plástico?

La clave está en el ecodiseño

Sobre si podemos prescindir del plástico, peña afirmó categórica que "el plástico es buen material, el problema es la gestión que hemos hecho del mismo. Nos aporta baja densidad, por lo que su peso es menor que el de otros materiales, tiene propiedades barrera que nos permiten conservar los alimentos y tiene posibilidad de reciclado siempre y cuando lo diseñemos bien. A día de hoy no concebimos la vida sin plástico, y tampoco es el objetivo; el objetivo es fabricar envases fácilmente reciclables, así como evitar recurrir al recurso fósil, el petróleo".

El gestor de Comunicación de Coca-Cola, por su parte, convino que "no hay envase malo. El 27% de nuestros envases son rellenables, siendo una de las empresas que más envase rellenable pone en el mercado. Además, el 99,7% son reciclables, y no llegamos al 100% porque hay un 0,3% de envase multicapa (papel de plata, plástico y papel) que, aunque puede ser reciclado, no lo contemplamos como tal debido a la dificultad que comporta". Otro de los retos de la compañía es que todas las botellas sean de plástico 100% reciclado: "El objetivo final es que de cada botella que ponemos en el mercado obtengamos otra".

Por otra parte, Navarro puso sobre la mesa la importancia del ecodiseño, "un diseño mucho más eficiente, mediante el cual Coca-Cola reduce la materia prima utilizada en sus envases: en 2020, hemos reducido 22.000 toneladas de materiales en los envases". La investigadora estuvo de acuerdo con Navarro y añadió que "por más que investiguemos sobre procesos de reciclaje, el propio material utilizado en el producto tiene que acompañar para que los procesos sean sostenibles. No se trata de poner en el mercado y luego buscar la solución".

Nueva planta de tratamiento de residuos

Una oportunidad para Zumarraga

Sobre la necesidad de una adecuada gestión del plástico, el alcalde Mikel Serrano avanzó algunos detalles de la futura planta de tratamiento de residuos plásticos que se ubicará en Zumarraga, concretamente, en los que fueron los terrenos ocupados por la antigua fábrica de ArcelorMittal, que cesó su actividad en el año 2016. Serrano explicó que esta planta supondrá una solución a las toneladas de residuos plásticos difíciles de recuperar que requieren de un tratamiento específico de reciclado, concretamente, la pirolisis. Del tratamiento de estos residuos se obtendrá una nueva materia denominada Tacoil.

Con una capacidad de 33.000 toneladas, la planta de Plastic Energy se presenta, en palabras del alcalde, como "un proyecto estratégico en el marco de la economía circular no solo para Zumarraga, sino también para Gipuzkoa". Y es que además del medio centenar de empleos directos que se estima que traerá consigo, la propia construcción del edificio, a la que se destinará una inversión de 80 millones de euros, "tendrá una repercusión positiva en la economía local". Asimismo, la ubicación elegida supone también una oportunidad para Zumarraga, puesto que permitirá dar una solución a esos 300.000 metros cuadrados de terreno en el centro de Zumarraga "que están en desuso y que tienen un impacto visual muy importante".

"El mimbre, primero, y la industria del acero después", concluyó Serrano, "trajo consigo muchos beneficios a Zumarraga, y ahora estamos ante un nuevo escenario en el que la economía circular jugará un papel fundamental".

Para concluir, los asistentes convinieron que como la gota que poco a poco orada la piedra, la transición hacia la economía circular es lenta pero imparable y la clave de su éxito radica en el impulso de cuatro ámbitos: conocimiento, formación, cooperación y concienciación.