e calcula que un 2% de los niños y niñas tienen altas capacidades intelectuales. Sin embargo, es un mundo prácticamente desconocido y lleno de estereotipos que no son ciertos. Ni son cerebritos, ni sacan todo dieces en el colegio. Simplemente, tienen una manera distinta de percibir y sentir lo que les rodea. Su cabeza va a mil por hora, el colegio les aburre, son más maduros que sus compañeros y en ocasiones sienten que no encajan con nada ni con nadie, lo que puede provocar mal comportamiento, suspensos o incluso aislamiento en el centro escolar. Vuelcan toda su energía en casa y muchas veces sueltan ese desasosiego con su familia, lo que convierte la convivencia en un reto enorme para sus padres y madres, que suelen acabar agotados y desesperados ante toda esa energía y frustración acumulada de su hijo o hija.

Pero dentro de ese revoltijo de sentimientos difíciles de gestionar, hay cabezas privilegiadas, con una capacidad fuera de lo común para las matemáticas, la informática, el arte o cualquier disciplina de la vida. Lo difícil suele ser encauzar todo esto para formar jóvenes capaces de desarrollar todo su potencial. A veces les cuesta centrarse, aterrizar, cumplir por ejemplo con los horarios. Su cabeza está a otras cosas que ellos consideran más importantes. Motivación, trabajo y apoyo son los tres pilares de los que los especialistas hablan para que estos niños y niñas logren brillar. Si no, ese talento queda en el limbo o sin explotar del todo, lo cual puede acabar afectando a su personalidad.

Las diferencias entre cada caso de altas capacidades, unido a que algunos simplemente desean pasar desapercibidos y otros ni siquiera son conscientes de su potencial porque alrededor nadie lo ha percibido, hace que el mundo de las altas capacidades intelectuales sea tan amplio que dificulta su diagnóstico y la manera de abordar su tratamiento adecuado.

NOTICIAS DE GIPUZKOA tratará de arrojar luz sobre las altas capacidades con una serie de artículos. En la entrevista de hoy, Maider Belda, psicopedagoga de la Fundación Jasón y gran conocedora de esta cuestión, toca todo lo relacionado con las altas capacidades. ¿Qué son? ¿Qué hacer con estos niños y niñas en casa? ¿Por qué se comportan así? ¿Qué pasa en el cole?

La semana que viene, su hermano Mario -fundador de Jasón- contará su caso personal: fue un niño con una infancia difícil hasta que descubrió que su cabeza era "especial". Ahora, a sus 49 años, está estudiando Psicología y, junto a Maider, ayuda a niños y niñas con estas características y con los que se siente plenamente identificado.

Y el tercer capítulo sobre las altas capacidades estará destinado al colegio San Luis-La Salle. A día de hoy los centros educativos no se encuentran preparados para acoger, arropar y explotar las cualidades de los jóvenes con altas capacidades. Son los grandes olvidados. Pero hay colegios que están empezando a darse cuenta de la importancia de encauzar estos talentos, como San Luis-La Salle, con un programa dirigido a ellos.