Osakidetza ha dispuesto nuevos turnos de trabajo por las tardes y los sábados y ha "optimizado" el sistema de citación para "paliar los retrasos" que la pandemia ha causado en el cribado del cáncer de mama.

Así lo ha anunciado la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, en el pleno del control del Parlamento vasco en respuesta a una pregunta de la popular Laura Garrido acerca del retraso en la citación a las mujeres que deben incorporarse al cribado.

Garrido ha dicho ser "comprensiva" ante el retraso que la pandemia ha causado en la actividad ordinaria de Osakidetza pero ha denunciado que las mujeres que cumplieron 50 el año pasado aún no han sido llamadas cuando la detección precoz de este cáncer puede "marcar la diferencia entre sobrevivir o no".

Sagardui ha reconocido que la pandemia alteró el funcionamiento de la sanidad vasca, donde "salvo lo urgente el resto de actividad se ha visto retrasada", incluidos los cribados, y aún no se ha recuperado el "ritmo normal".

Este mes ha comenzado a citarse a las mujeres nacidas en 1970 y 1971, aunque en el llamamiento se ha "priorizado" a pacientes que tenían "controles intermedios a 6 y 12 meses que ya habían sido llamadas con anterioridad" y a mujeres de entre 40 y 49 años con "mayor riesgo" por tener antecedentes familiares.

Junto con esa "optimización del sistema de citación" -que ha incluido también a mujeres que ya se habían pasado de edad pero tenían pendiente una última mamografía- se han habilitado nuevos turnos de trabajo por la tarde y los sábados para "paliar los retrasos".

Este programa, ha recalcado la consejera, es "una de las prioridades" de Osakidetza y el año que viene se invertirán 4,9 millones en renovar mamógrafos que tendrán nuevas técnicas como la tomosíntesis y serán "mucho más precisos para el diagnóstico".

"Hemos perdido unos meses de trabajo", pero "lo estamos recuperando de una manera rápida y lo vamos a hacer con mayor con más precisión" gracias a los nuevos equipos, ha resumido.