"Jamás voy a olvidar su humildad como persona y su inteligencia". Son las palabras de una abatida Karmele Aranburu al referirse a Ricardo Etxepare, fallecido hoy a la edad de 73 años. Responsable del departamento de prensa a lo largo de dos décadas de los Cursos de Verano de la UPV/EHU, la pérdida de Ricardo supone un "mazazo" por lo "inesperado" de este fatal desenlace. "Sabíamos que se estaba realizando unas pruebas médicas, pero nada para pensar que iba a fallecer", lamenta Aranburu. De hecho, Ricardo Etxepare participó en los actos conmemorativos del 40º aniversario de los Cursos de Verano, que tuvieron lugar el pasado 6 de octubre en el Palacio de Miramar.

En su dilatada carrera profesional, vinculada en gran medida a la UPV/EHU, Etxepare fue también alcalde de Irún, ciudad que le vio nacer en 1948, parlamentario vasco, diputado foral de Cultura y director de la Escuela Politécnica de San Sebastián durante más de dos décadas. Asimismo, Donostia, la ciudad en la que desarrolló sus cometidos profesionales, le distinguió con el Tambor de Oro en el año 2002.

Con el adiós de Ricardo Etxepare se va el "alma máter" de los Cursos de Verano de la UPV/EHU, porque "fue algo que se le ocurrió a él", recuerda con nostalgia Aranburu. Nació de una sana envidia que tuvo el protagonista de esta bonita historia tras participar en un curso en la Universidad Menéndez Pelayo de Santander, que le llevó a proponer algo similar en la Diputación Foral de Gipuzkoa de la que formaba parte, para Donostia. "Estaba obsesionado por la formación y por la cultura", reconoce Aranburu. Es más, "quería acercar la formación al máximo número de personas posible". Pero no de cualquier manera. "Estaba convencido de que la mejor manera para hacerlo era a través de una formación transversal".

Fue en 1982, todavía sin una sede fija, cuando se pusieron en marcha con carácter experimental los primeros Cursos de Verano de la UPV/EHU con un apoyo institucional de la Diputación de Gipuzkoa y un presupuesto de seis millones de las antiguas pesetas. Tres años más tarde, en 1985, Ricardo Etxepare se puso al frente de la organización. Se comenzó a tener un registro del alumnado y a cobrar la matrícula. Hasta entonces el acceso era libre y gratuito. Entre los ponentes destacaban ese año Julio Caro Baroja, Alfonso Sastre y los historiadores Juan Pablo Fusi y Miguel Artola.

Toda una vida volcada en la educación, Etxepare vivió "obsesionado" por la calidad en la enseñanza. Tenía, en opinión de Aranburu, una capacidad "impresionante" para detectar "quién sabía de qué". No se conformaba con medianías y por esto motivo "se trajo" desde Estados Unidos a una eminencia como Robert Winter, que durante tres años, ejerció de director de la Cátedra de Calidad de la UPV, aplicando parámetros de calidad en la educación.

Aranburu echará de menos a la persona: "Era humilde como él solo. Humilde desde su sapiencia. Una persona puede ser importante, pero puede no tener categoría. Y Ricardo lo que tenía era categoría, con mayúsculas".