Seis días después de ser rescatados en aguas del Mediterráneo central, los 105 náufragos que han permanecido a bordo del Aita Mari 105 náufragosAita Mariya han desembarcado, entre ellos un total de 22 menores. Los controles sanitarios han permitido confirmar 16 positivos por covid, cuatro de ellos de menores de edad.

El buque ha atracado en el puerto siciliano de Trapani a las 8.30 horas de este lunes y sus ocupantes han sido auxiliados en primera instancia por miembros de Cruz Roja hasta que horas después han podido descender del barco por su propio pie.

Tras los test realizados por los servicios italianos de Sanidad Marítima, Aérea y Fronteriza (Usmaf), se han confirmado 16 positivos, todos asintomáticos. Las autoridades italianas han ordenado el traslado de los menores no acompañados a un centro especialmente habilitado mientras que los adultos completarán en un ferry la obligada cuarentena debido al covid. "Todos ellos podrán descansar en una cama seca y segura por primera vez en mucho tiempo", señalan desde el barco.

El Aita Mari, pendiente de la decisión final de los servicios de la USMAF permanecerá en puerto y probablemente tenga que hacer una cuarentena de 10 días hasta recibir la libre plática. "Estamos a la espera de confirmación de las autoridades", indica la ONG.

La tripulación del barco de rescate, que llevaba a bordo a 105 migrantes, casi todos provenientes de Egipto, ha seguido en todo momento las instrucciones de las autoridades italianas hasta que los migrantes han podido pisar finalmente suelo europeo.

Horas después, la imagen no podía ser más elocuente. Por un lado, la alegría de los naúfragos; en frente, el férreo control policial que han encontrado en el puerto italiano.

AISLAMIENTO

Los relatos de los supervivientes se han sucedido estos días atrás a bordo del Aita Mari: torturas, palizas y extorsión en los centros de detención en Libia. Salvamento Marítimo Humanitario denuncia "las medidas derivadas de la agenda migratoria europea", tras las repetidas negativas de dar permiso de desembarco, a pesar de reconocer el carácter humanitario de la asistencia a personas víctimas de torturas.

Pese a todo, "la noche ha sido tranquila y estamos todos bien. Seguimos con las personas en aislamiento por covid", ha señalado desde la isla italiana a este periódico el presidente de Salvamento Marítimo Humanitario, Iñigo Mijangos.

"Probablemente nos obligarán a hacer una cuarentena de diez días como suele ser lo habitual, es algo que todavía no hemos podido confirmar con nuestros compañeros del Sea Watch 3", explica Mijangos. El barco de esta ONG alemana, con 406 migrantes rescatados en dos días en el Mediterráneo central, recibió el viernes la autorización para el desembarco en el puerto siciliano de Pozzalo.

DESESPERACIÓN

La actividad de estos dos buques refleja la desesperación con la que tantos migrantes huyen del horror en Libia y se lanzan al mar en condiciones muy precarias. El Aita Mari rescató el pasado 19 de octubre a 105 naúfragos, entre ellos varios menores, que se encontraban "en unas condiciones lamentables" a bordo de un bote de madera a la deriva en el Mediterráneo, en la zona SAR de Malta.

La tripulación, que ha denunciado que Italia y Malta estaban haciendo oídos sordos al drama humanitario, ha tenido que armarse de paciencia hasta recibir la notificación del centro de coordinación de Roma que les permite atracar por fin en el puerto siciliano de Trapani.

Durante seis días de fuerte oleaje y tensa espera, los 105 migrantes egipcios rescatados en el mar el pasado martes entre Lampedusa y Malta han ido relatando los malos tratos y torturas que han sufrido en Libia.

El presidente de Salvamento Marítimo Humanitario denuncia desde el buque que "las políticas de contención, de devolución en caliente y los acuerdos con terceros países que tiene la Unión Europea provoca que estas personas se vean impedidas para encontrar un lugar seguro en el que rehacer sus vidas".