n año y medio amenazados por un virus, en muchos casos mortal, nos ha obligado a cambiar comportamientos y variar nuestra socialización. Ahora que las medidas impuestas van desapareciendo, la sociedad sigue apegada sin quererlo al temor y la cautela que ponen en jaque un tipo de vida y de sociedad. ¿Volveremos a ser lo que éramos? ¿Volverán los abrazos? ¿Las celebraciones?

Expertos en diferentes materias nos dan su opinión sobre el tiempo poscovid. Las opiniones son diversas, pero prevalece un denominador común en sus reflexiones: la cautela de la sociedad asumida por el temor al covid marcará todavía una desescalada social que cogerá su propio ritmo.

Microbióloga

"La sociedad tiene interiorizado seguir con las medidas"

"Por un lado está la sociedad. Si le decimos que se puede reunir de una manera fácil lo va a hacer, pero yo creo que el mensaje que hay que dar y que estamos dando es que todavía estamos en plena pandemia y que todavía hay que seguir bajando esa incidencia acumulada y controlando el virus". La microbióloga Miren Basaras espera y confía -porque es obligatorio, evidentemente- en que se use la mascarilla en aquellos sitios interiores y donde se producen aglomeraciones. "Y yo creo que en general la sociedad de Euskadi lo respeta. Habrá grupos que respondan peor, como en todas las demás medidas de la vida, pero sabiendo que el mensaje es que todavía el virus continúa entre nosotros y que tenemos muchos casos positivos y que tenemos que bajar mucho más, espero y confío en que se siga manteniendo esa mascarilla".

Respecto a recuperar la socialización que teníamos antes de la pandemia opina que "Euskadi somos una sociedad que socializa mucho, tanto en los bares como en el resto de actividades, ya sean de cultura, etc. No creo que por mucho que hayamos estado año y medio con restricciones eso vaya a influir en que ahora socialicemos menos". Sin embargo, sí cree que la gran mayoría de la ciudadanía tiene interiorizado que hay que seguir con las medidas porque es necesario. Y esto lo une a ese deseo de la sociedad de seguir prefiriendo la terraza al interior. Para esta microbióloga es algo bueno. Además, recuerda que aquí siempre ha habido una costumbre de consumir fuera de los bares.

"O sea, no es cuestión de consumir solamente en la barra", recuerda. Que se siga consumiendo de esta manera no le parece mal, siempre y cuando se mantengan las distancias y no se generen aglomeraciones, "porque todavía no podemos". Para Basaras, la desescalada se ha producido "demasiado pronto". "Todavía y, por mucho que nos insistan, no estamos en color en verde. Es decir, que Euskadi nos diga que 60 casos por 100.000 habitantes estamos en un color verde no es lo mismo que Europa nos diga que hay que bajar a menos de 50 casos por 100.000 habitantes, que todavía no lo hemos hecho. Los datos de 60 casos por 100.000 habitantes los puso solamente la Comunidad Autónoma Vasca. En el resto de Europa y si vemos el último mapa europeo publicado el jueves, todavía estamos en amarillo. Entonces sí creo que hemos ido demasiado rápido". Añade que "otros países o regiones incluso mucho menores que la nuestra siguen manteniendo las restricciones. Es cierto que hay que ir aligerando las medidas, pero este fuera todo me parece un poco arriesgado".

Psicopedagoga

"La parte más traumática va a ser recuperar el abrazo"

La experiencia de esta psicóloga es que "hay personas que el gel ya no lo usan. Incluso lo veo en el supermercado que frecuento. Son las tiendas pequeñas las que te lo recuerdan. Es una de la medidas que ya se ha diluido". Por otro lado, respecto al consumo en el interior de los locales opina que depende más de las generaciones. "La gente de 50 años entra con mascarilla y tiene mucho más asimilado la necesidad de mantener una distancia". Pero la gente de 40, según su percepción, "lo olvida más".

Respecto a la desescalada y los ritmos que se han llevado, Tali cree que "no ha habido un aprendizaje, ha sido por prohibición y cuando se hacen así las cosas no se mastican. Ha habido mucha incoherencia". Pone por ejemplo el metro, "ahí nunca se han respetado las medidas y luego resulta que te ponen una multa por estar en una terraza". Por eso, piensa que "se han confundido situaciones, sobre todo en la hostelería". Para este psicóloga "no hemos aprendido con las medidas porque se han adoptado por medio de decretos pero no se ha hecho un trabajo de hablar con la gente y educar".

Lo que sí ha cambiado "es esa parte del abrazar y el besar. Va a ser difícil recuperar el contacto directo. Ahí sí tenemos un problema". Y lamenta que "esa va a ser la parte más traumática, la de abrazarnos".

Sociólogo

"El temor no va a desaparecer, se actuará con cautela"

Xabier Aierdi tiene sus dudas con respecto a cómo socializaremos en el futuro, consciente de que está muy relacionado con el sector de la hostelería. En este sentido, señala que antes de la pandemia el ocio se vivía "como una especie de manifestación. Todos juntos dentro de un bar, hablando...". Duda sobre si este tipo de costumbres volverán. "Soy de los que piensa que vamos a andar con una cierta cautela. El temor no va a desaparecer, va a estar ahí. Por eso yo creo que las prácticas serán más controladas", augura. Con respecto al uso de la mascarilla, señala que "yo mismo me descubro casi todos estos días usando la mascarilla, sin darme cuenta muchas veces. Supongo que a mucha gente básicamente le pasará lo mismo que a mí".

El sociólogo es de la opinión de que a pesar de que ya no haya unas restricciones como las que hemos vivido, "va a haber bastante autocontrol y solo se va a desmadrar un uno por ciento de la población, que sociológicamente es importante porque puede ocasionar un perjuicio importante de salud pública a la población", advierte. Pero también es consciente de que la mayoría se comporta mucho de lo mejor esperado. Con respecto a si las medidas se han flexibilizado antes de lo que se debiera, Aierdi cree que sí se ha podido flexibilizar antes de lo recomendado pero es consciente de que "llevábamos mucho tiempo y había un hartazgo general". Por otro lado, también considera que "las autoridades que se encargan de gestionar esta pandemia habrá cosas que no nos estarán contando y que además son cosas que no nos deben contar, es decir, que las medidas no se tomarán a la ligera. Manejarán un volumen de datos y un volumen de tendencias que avalan las decisiones que toman".

Aierdi le da bastante importancia a esto porque piensa que en principio "salvo algún desalmado todo el mundo ha intentado hacerlo bien en la pandemia. Hemos visto que la gente ha tenido recelo sobre cualquier medida que se adoptaba, fuera cual fuera, y luego toda la comparativa con el resto de las comunidades". Y señala que esto se debe "al temor" pero también a la impaciencia que tiene esta sociedad: "Una sociedad donde si no consigue lo que quiere en un momento determinado coge una pataleta". Pero espera que la ciudadanía "colabore como lo ha hecho hasta ahora".