Ayer era el día marcado en el calendario por la Diputación de Gipuzkoa para que los problemas con los retrasos en las líneas de Lurraldebus en Buruntzaldea se solucionaran. retrasos Lurraldebus en Buruntzaldea se solucionaran. Desde NOTICIAS DE GIPUZKOA se quiso comprobar si esto se cumplía y se realizó un viaje en uno de los autobuses que bajo la nomenclatura BU12 cubren el trayecto entre Donostia, Astigarraga y Hernani. Poco antes de las 12.30, el vehículo esperaba su salida en la parada del número 18 de la calle Okendo de Donostia. Junto a él, otro autobús de la línea BU13, que pasa por los mismos pueblos, pero transitando por la carretera general en algunos tramos y realizando menos paradas.

La BU12 es una de las líneas que mayores quejas y retrasos ha sufrido desde que el pasado 1 de julio se cambiara de concesionaria. “Hasta de 40 minutos”, comenta una de las usuarias poco después de que el vehículo arranque, esta vez a la hora prevista; un autobús nuevo, híbrido y con asientos para 41 personas, que forma parte de esa nueva flota que se presentó a finales del mes de junio para la comarca de Buruntzaldea, la más “verde y moderna” de Lurraldebus, en palabras de la diputada foral de Movilidad, Rafaela Romero.

Sin embargo, esto parece que no ha sido suficiente para mantener la puntualidad y, por tanto, frecuencia de viajes. La misma usuaria indica que, si bien ella utiliza esta línea de manera ocasional, las quejas y críticas por las incidencias han sido generalizadas entre vecinos y conocidos. Algunas personas incluso han decidido optar por el coche para trasladarse, “después de diez años utilizando el autobús”, apostilla.

Y es que para quienes utilizan el servicio con fines laborales, llegar tarde todos los días no es una opción. “Trabajo con personas mayores, y ellas no pueden esperar”, afirma otra de las viajeras, de vuelta de su jornada. Se niega a llamar todos los días para indicar que no llega a tiempo, por lo que ha optado por coger el autobús previo al habitual como solución provisional, si bien en la mañana de ayer se había cumplido el horario establecido.

Las deficiencias para comunicar los cambios en el servicio son otra de las quejas. “No ha habido información”, critica esta segunda usuaria, en referencia a los nuevos horarios, que están dentro de los autobuses, pero no los ha visto en las marquesinas; también menciona la supresión de las paradas, de la que tampoco ha oído informar. “Igual han quitado doce o catorce”, comenta, entre ellas las del barrio de Loiola y las de Astigarraga; ahora estas zonas se bordean, en vez de pasar por su centro urbano.

A las 12.57 el trayecto debería haber finalizado, pero pasadas las 13.00 el autobús sigue circulando por Astigarraga. Comentando este detalle con la primera usuaria, esta ríe, como si considerara difícil que el trayecto cubierto se pudiera realizar en los 27 minutos que indica la web de Lurraldebus. “Tarda lo mismo que tardaba antes”, incide, recordando las paradas suprimidas previamente mencionadas.

Finalmente, el autobús llega a su destino en el número 8 de la calle Txurruka de Hernani a las 13.15. Un viaje de 45 minutos, más de un 50% por encima de lo establecido. Al bajar todos los usuarios, el vehículo cambia su letrero a BU13; los autobuses intercalan ambas líneas y los viajeros se preguntan si la flota ha disminuido y pueda ser una de las razones para los retrasos.

El viaje de vuelta en esa línea 13, sin incidencias. Dos minutos de retraso en la salida apenas perceptibles, en un trayecto que duró los 23 minutos que se suponía debía durar. Los autobuses comenzaron ayer sus viajes en hora, por lo que puede que, al final, los retrasos se deban en parte a un error de cálculo en la duración de un trayecto que ha modificado su recorrido. Pero estamos en verano y, si bien ahora hay zonas en obras, los niños y niñas están de vacaciones y los colegios cerrados. “A ver qué pasa en septiembre”.