- Los hospitales vascos están resistiendo lo que ya se puede denominar como quinta ola del covid y la única buena noticia es que los contagiados no llegan a estos centros, a pesar de que los casos siguen sin freno. La escalada de positivos -el miércoles se registraron 649 nuevos contagios, 40 más que el día precedente- continúa sin tener repercusión en los hospitales, donde el número de pacientes ingresados sigue estable. Hay 75 enfermos covid, 50 de ellos en planta, y el miércoles ingresaron 18 personas con coronavirus, una menos que la víspera. En las UCI tampoco ha variado el número de pacientes en estado crítico y continúan muy graves 25 vascos.

La actual ola es muy distinta a las anteriores. Porque, aunque los nuevos contagios están disparados, y la positividad ha vuelto a subir hasta el 7%, el porcentaje más alto desde mayo, los ingresos permanecen en stand by. La tasa de incidencia acumulada en 14 días también aumenta a pasos agigantados y se sitúa en 224,71 casos por 100.000 habitantes por el elevado número de contagios entre la población de hasta 39 años que suman ocho de cada diez nuevas infecciones. El mayor foco está radicado entre los chavales de 17 y 18 años que multiplican por diez la media vasca, con 2.179 casos.

gipuzkoa empeora

La transmisión comunitaria es tan alta que hay nuevas localidades en alerta. El número de municipios vascos que se encuentran en situación roja de transmisión, es decir, por encima de los 400 casos por 100.000 habitantes en dos semanas, ha subido en las últimas horas y se han sumado al listado municipios de los tres territorios: Tolosa, Balmaseda y Laudio. Siguen por encima de este límite Urnieta, Zumaia, Astigarraga y sobre todo Hernani, donde la incidencia acumulada es de 1.654,74 casos.

En Gipuzkoa se registraron el miércoles 260 casos, la cifra más alta de la semana, y la incidencia acumulada se sitúa en 290, muy cerca de los 300 casos que significa entrar en la zona naranja. Esta barrera ya la han superado Donostia e Irun, que registraron 47 y 45 positivos, respectivamente, en 24 horas y tienen una incidencia de 307,03 y 313,91 casos.

Por ello, el Gobierno Vasco evita el optimismo. Y su portavoz, Bingen Zupiria, advierte de que no se está en la “recta final de la pandemia” y apela a la prudencia porque se desconoce cuál va a ser la evolución de la enfermedad.

Euskadi no tenía tantos contagios desde hacía meses, pero la vacunación y la juventud de los nuevos infectados atenúa el impacto en la red asistencial. Y es que el descenso continuado en los ingresos hospitalarios no es el reflejo fiel de la evolución de la pandemia, que sigue, precisamente, una tendencia opuesta. Del total de nuevos infectados, además de los 260 casos en nuestro territorio, 294 se notificaron en Bizkaia y 62 en Araba, mientras que otros 33 corresponden a ciudadanos que no son residentes en Euskadi.

Los indicadores son desiguales. Mientras las cifras de contagios siguen al alza el RO, el indicador que muestra cuántos contagios genera cada caso de covid-19, cae levemente hasta 1,45 (era de 1,50 el día previo). Si está por encima de 1, la pandemia está en expansión; si es menor, se considera positivo y en remisión.

Prohibición expresa de no fiestas

Para contener este ingente número de contagios, entró ayer en vigor un nuevo decreto con la prohibición expresa de cualquier evento semifestivo en el que, sobre todo, se estrecha el cerco a los botellones. El LABI decidió el miércoles añadir a las medidas actualmente en vigor, la prohibición de botellones y no fiestas, y cerrará antes las actividades comerciales, sociales y culturales si se mantiene la actual tendencia o si hay un incremento de la presión hospitalaria.

Ante este tipo de celebraciones ilegales, Zupiria afirmó ayer en una entrevista en Radio Euskadi que no es quién para decir a un alcalde cómo actuar, pero puso de relieve que los contagios se están produciendo en “mesas en las que se han juntado más de seis personas y no se han guardado las distancias y sin mascarillas”. A su juicio, las medidas para evitar estos contagios son “el sentido común, la responsabilidad y la solidaridad por parte de todos”. “Y a partir de ahí pues están las instituciones municipales, territoriales y autonómicas para adoptar otro tipo de medidas más coercitivas”, manifestó. Zupiria afirmó desconocer qué órdenes se han dado a la Ertzaintza o las policías locales, e indicó que las policías “ya harán lo que tengan que hacer”, pero los adultos deben hablar “mucho con los jóvenes e intentar convencerles de que sus comportamientos son decisivos”. “Y luego tenemos que tener ese sentido de solidaridad con las personas que aún no están vacunadas y con los sectores económicos que se verán afectados si los contagios continúan”, añadió.

También el presidente de la Asociación de Municipios Vascos-Eudel, Gorka Urtaran, pidió hacer un “esfuerzo de responsabilidad” para evitar el incremento de los contagios. En la Comisión Ejecutiva de Eudel, los alcaldes mostraron su “preocupación” por la evolución de la pandemia en Euskadi y por “algunas escenas” de los últimos días. Consciente de que el decreto faculta a las policías locales y a la Ertzaintza a sancionar los botellones y las no fiestas, Urtaran confía sobre todo en la responsabilidad. “Los alcaldes de Euskadi no podemos poner un policía municipal detrás de nuestros vecinos”, recalcó.