es participo con emoción y alegría que se ha incorporado a nuestra familia el segundo de mis nietos, Jon Kerar, así llamado en homenaje a sus bisabuelos, Juanito Artaza, Juan Legarra y Gerardo Bujanda, con el deseo de que sus trayectorias vitales le sirvan de guía y estímulo a lo largo de su vida. Reside en Asteasu, a la sombra del Ernio.

Hace unos días denunciábamos la manipulación de la que fueron objeto algunas personas del colectivo “esenciales” en Illunbe cuando, citados para recibir la segunda dosis de AstraZeneca les ofrecieron otra. Según Osakidetza fue un error informático. El sábado 19, se repitió el “error” -torpes los informáticos-, a pesar de que todas presentaron sus consentimientos informados y el copetín. Se negaron a vacunarse. Nueva reclamación. Recibirán un SMS a final de mes con la nueva fecha. Y nueva falta de respeto, citándoles en la plaza de toros para darles una larga cambiada, que es lo propio. Pellizcos de monja de Sor Gotzone de Pfizer, con evidente animus jodiendi, como dicen los juristas, para reconducirles al redil e inocularles Pfizer. Pretende aburrirles y que claudiquen. Algunas lo hacen. Se equivocan la bilbaina y sus asesores técnico-científicos de palo. Para muchos, ya es una cuestión de militancia seguir las prescripciones de la EMA y la OMS, denunciando de paso su gestión trilera. “Guerra avisada no mata soldado”.

La epidemiología analiza toda la información relativa a la pandemia y, utilizando una serie de herramientas matemáticas, propone soluciones técnicas a los gestores. Algunos pensarán que las decisiones se adoptan siempre en función de la salud pública y el bienestar de la población. Craso error. El factor clave, como estamos viendo, son los votos que los políticos en el poder pueden ganar o perder, día a día. Eso es lo importante. Hay que ofrecer a la opinión pública una información positiva, tranquilizante, un placebo. Además, un chivo expiatorio que justifique los fracasos. Lo contrario se traduce en desconfianza de la sociedad y pérdida de votos. La verdad, muy filtrada, sólo si les favorece. Transparencia, ni pum. Al público se le debe tratar como a niños.

En epidemiología denominamos “brote” a cualquier agrupación de tres o más casos con infección activa, en los que se ha establecido un vínculo epidemiológico. Por ejemplo, un brote de salmonelosis en una boda o un brote de covid en un gimnasio.

Desde mayo de 2020 hasta marzo de 2021, en Euskadi se han investigado 1.553 brotes de covid-19 fuera del ámbito domiciliario, con un total de 17.063 personas afectadas. Naturalmente, ha habido muchos más enfermos, pero no en todos se ha podido determinar el vínculo epidemiológico, porque el rastreo no se ha podido realizar o no ha aportado información de interés. El ámbito de transmisión desconocido supera el 90% en Euskadi frente al 30% en Navarra. Algo no funciona bien.

Por territorios, Bizkaia ha padecido 769 brotes y 11.025 personas afectadas, seguida de Gipuzkoa, con 549 brotes y 3.918 casos y, por último, Araba, con 235 brotes y 2.120 enfermos.

Analizados los datos con método y rigor científicos por las unidades territoriales de epidemiología, gente seria, a la cabeza de la clasificación general, con el 39% de todos los brotes de Euskadi, exactamente 602 y 5.214 casos, se sitúan los centros educativos, destacando la Educación Primaria, con 1.387 escolares afectados, y la ESO, con 1.179. Doy fe del enorme esfuerzo desarrollado en comunicación y control de las burbullas por los enseñantes y auxiliares, especialmente los de Primaria, siguiendo los protocolos con una disciplina castrense. La primera consecuencia positiva es que la mitad de los brotes tenían menos de cinco casos.

Le sigue el ámbito laboral con el 28%, es decir, 431 brotes y 3.197 personas afectadas. De los que 306 corresponden a empresas con 2.340 casos. Los investigadores llaman la atención sobre las pausas de descanso, máquina del café, comedor de la empresa, vestuarios y el hacinamiento como elementos contribuyentes a la transmisión. También se describen 75 brotes con 445 trabajadores de hostelería enfermos, sin poder identificar a los posibles clientes relacionados, por las dificultades que entraña la inexistencia de un censo, al contrario que en otros ámbitos.

En tercer lugar, con el 19%, 294 brotes, el ámbito sociosanitario con 4.826 personas afectadas, incluyendo trabajadoras y usuarias. Más del 50% de los brotes de este sector, con 3.669 casos, se refieren a residencias de mayores.

En cuarta posición, con el 10%, y 153 brotes y 2.539 casos, aparece el ámbito social, y para sorpresa de los estudiosos, el mayor porcentaje de brotes, con 453 afectados, se produce en deportes de equipo y gimnasios.

A continuación,vienen los establecimientos de ocio, con 31 brotes y 855 afectados en bares, restaurantes u hoteles y una media de 28 casos por brote, y seis brotes con 387 positivos en bares de copas, con una media de afectados por brote de 65 personas. El mayor problema de estos establecimientos son las zonas interiores, mal ventiladas, con un tiempo de estancia prolongado y sin uso de la mascarilla por comer, beber o hablar.

Analizando estos datos, debemos aceptar que ese chivo expiatorio -capacico de las hostias- en el que se había convertido a la hostelería, ocupa en la clasificación general un lugar modesto en lo que a brotes y afectados se refiere, en comparación con otros escenarios sobre los que, sospecho, se optó por informar lo justo, tratando de ocultarlos tras los figones y terrazas. Por último y en este mismo capítulo, las reuniones familiares o de amigos han ocasionado 27 brotes, afectando a 269 personas. Finalmente se encuentra el ámbito sanitario con 72 brotes, el 4% del total y 1.263 casos en los hospitales vascos.

Hoy domingo, un aperitivo de espetec artesanal de Girona, gentileza de mi proveedor de mermeladas. Arroz con verduras y cerezas. Acompañando, cava catalán Roger Goulart brut reserva ecológico. Con la peli de Helen Dorn, el escocés The Glenrothes de 10 años.

El ámbito de transmisión desconocido supera el 90% en Euskadi frente al 30% en Navarra