- El chef Pedro Subijana llamó ayer al resto de profesionales de la gastronomía y, sobre todo, a “las nuevas generaciones”, a mantener el espíritu solidario que “siempre” ha tenido esta actividad en Euskadi y a que se unan a la Jangela Solidaria para niños huérfanos en Wukro (Etiopía) que hace 16 años creó el sacerdote Ángel Olaran con el apoyo de seis reconocidos cocineros vascos.

Andoni Luis Aduriz, Karlos Arguiñano, Hilario Arbelaiz, Juan Mari Arzak, Martín Berasategui y el propio Subijana se adhirieron, con su imagen y sus aportaciones económicas, al proyecto, que impulsó el misionero guipuzcoano junto al crítico gastronómico y fundador de la ONG Zaporeak, Peio García Amiano.

El Comedor Solidario sigue activo y en la actualidad atiende las necesidades básicas, no solo alimentarias, de 550 menores huérfanos y unos 300 ancianos, dentro del Programa de Desarrollo Social de Wukro que dirige el religioso natural de Hernani, si bien es gestionado por la sección de Medicus Mundi de Gipuzkoa como acción independiente de sus otras iniciativas.

Aunque sus otros “colegas” no pudieron acudir al acto celebrado ayer en el Basque Culinary Center (BCC), Subijana señaló que todos “siguen siendo fieles” a la iniciativa y participando con aportaciones económicas regulares al sostenimiento del proyecto, que dispone para este año de unos 96.000 euros.

Desde que arrancó el proyecto y “gracias a la repercusión social que tuvo” la implicación de los seis prestigiosos cocineros vascos, se han captado e invertido del orden de 1,7 millones de euros, precisó Ángel Olaran, que quiso expresar su “agradecimiento” a aquel “grupo de cocineros” que creyeron en sus planes.

El cocinero del Akelarre, con tres estrellas Michelin, pidió a su gremio, “tan presente últimamente en los medios de comunicación a causa de la pandemia”, que “aproveche la imagen que proyecta en la sociedad” hacia fines solidarios y en vez de plantearse “recortar” gastos en “cosas no importantes” destinen ese dinero a la región etíope de Tygray, asolada por la guerra.

“Deberíamos actuar menos egoístamente y pensar que somos de los más privilegiados del planeta por vivir en este trocito de mundo”, señaló Subijana, quien elogió la ingente labor desarrollada durante casi tres décadas por Olaran, “que no parece cura, pero lo es”, apostilló irónico.

También el director del BCC, Joxe Mari Aizega, apoyó su trabajo humanitario y señaló que es “un orgullo” recibir a Olaran en el centro.