oy acudiremos los veterinarios guipuzcoanos a una sesión matinal de la película Una veterinaria en la Borgoña y A homenajear a quien, durante los últimos 30 años, ha sido la secretaria general de la institución colegial. Tres décadas en las que, además de su trabajo ejemplar, ha sido testigo privilegiada de la evolución de las Ciencias Veterinarias y sus profesionales en Gipuzkoa, ganándose el cariño de todos los que hemos recurrido a sus buenos oficios. Gracias, Isabel, por tanto. Echaremos de menos su alegría y su sonrisa, especialmente ese grupo, siempre los mismos, que acudía en el último minuto a presentar las solicitudes, encargar el material o reservar la lotería. En el mismo acto, daremos la bienvenida a Itziar, que se ha estado formando en las últimas semanas.

Dormitaba frente al desinformativo de ETB. La presentadora hablaba de los vecinos y vecinas, enfermos y enfermas, ciudadanos y ciudadanas. Obtusas reiteraciones del establishment feminista que contribuían al sopor posingesta y la cabezada en el sillón. Percibo que alguien me abronca de una forma distinta a la habitual, lo que motiva que abra un ojo. Se trata de la consejera de Sanidad, diciéndome que la segunda vacuna será de Pfizer y, de lo contrario, papelote, a la cola y ya veremos si hay o no vacuna. Y si la hubiera, cada uno blandiendo en la mano derecha su consentimiento informado debidamente cumplimentado. Todo en tono cuartelero y humillante para con el colectivo de profesionales esenciales, bomberos y policías disciplinados. Docentes muchos, peligrosos porque saben razonar y tienen criterio. Boticarios y veterinarios con sus auxiliares, que saben de qué va la vaina. Y advertía de que si luego no llega vacuna para los jubiletas, será por culpa de esos recalcitrantes que se empecinan en acatar los criterios técnicos de la EMA. ¡Sabrán ellos! Cargarán sobre sus conciencias el resto de sus días, privar de la segunda dosis a los mayores, entre los que me encuentro. O sea que, además de caprichosos y boicoteadores, son unos malvados. Y entre ellos, mi hija. Tu quoque filia mea. Me quedé perplejo.

No me sorprende. A estas alturas es muy difícil que un político pueda asombrarme. Tengo muchos trienios. Conozco el ganado. Soy veterinario.

Se me ocurre sugerirle que utilice esa contundencia en la Interterritorial Sanitaria y que se disculpe ante la ciudadanía. Estudió Medicina y, aunque no haya ejercido, hay conceptos que no se olvidan. Otra cosa son las exigencias del guion, pero sin recrearse en la suerte. Le considero ajena a la ceremonia de confusión que inició un ministro nefasto y ha continuado otra ministra que le hace bueno. La consejera es una mera delegada en Euskadi. Otra cosa es la película que nos monten aquí. Lo de la cogobernanza es un camelo, como se percató el respetable tiempo ha. Organiza las vacunaciones con éxito, según las existencias, y pone la cara por las erróneas, controvertidas y mutantes decisiones ministeriales, ensayo Combivacs incluido. También hay un estudio parecido alemán que, de momento, no ha hecho cambiar el criterio a la EMA. Rebaje el tono, Gotzone, sea más humilde, aunque sea bilbaina. Sea amable. (Plan Bizi Berri III). No culpe a un colectivo de profesionales ejemplares, paganos de los sucesivos desastres en la gestión de la pandemia y víctimas de la falta de comunicación, que han estado "secuestrados" en el limbo, con angustia y desconcierto, a la espera de los resultados de un ensayo de palo. No son responsables de tamaña falta de seriedad.

Quizás, una manera de reconducir la situación, si llegados a este punto fuera posible, sería comunicando con honestidad, algo que se echa en falta desde el inicio. Comunicación que no consiste en atiborrar de información técnica, incomprensible e inútil para la ciudadanía, "un ARN mensajero modificado por nucleósidos con las instrucciones genéticas para que mis células empiecen a producir la proteína S del coronavirus de forma que mi sistema inmunitario aprenderá a reconocerla....", sino en facilitar pautas sencillas, comprensibles y, sobre todo, ciertas, que ofrezcan seguridad y confianza, algo que falta. Los políticos carecen de credibilidad. Busquen técnicos sanitarios acreditados e independientes y comunicadores profesionales.

El 87% elige repetir con AstraZeneca (AZ) en Cataluña. Aquí escamotean el dato, pero es evidente que se ha convertido en arma de protesta y revolución. La mayoría deseamos repetir la pauta de AZ desconfiando de apaños, malos modos e imposiciones. Y lo que es peor, algunos se plantean, hastiados, no ponerse la segunda dosis. Y eso sí es muy grave.

Mientras los medios de desinformación privados cargan contra el indulto a los catalanes, los públicos intentan asustarnos ligando la vacuna AZ con problemas de ictus y trombos. Encuestan a jóvenes que quieren acabar cuanto antes o insisten en la chapuza Combivacs, aunque nadie puede asegurar por ahora que la vacunación combinada es segura y eficaz. Nadie. Ni siquiera el lehendakari Urkullu. No existen datos científicos contrastables. Quizás dentro de seis u ocho meses, sí. Ahora no. Y otro detalle significativo que a los sanitarios no se nos escapa. En la ficha técnica de ambas vacunas no se mencionan las combinaciones. Si ocurriera algún percance a medio plazo con la combinación de vacunas, las reclamaciones se dirigirán al subteniente maestro armero de Ajuria Enea.

Y cada vez se extiende más la convicción de que el verdadero motivo de esta crisis es que los de Oxford no han sabido contactar con la consultora adecuada para que agilizara las contrataciones. A lo mejor no tienen costumbre. Razones éticas, dicen. Pringaos.

Nos siguen tratando como tontitos del haba. Ya lo advertía Castelao, gallego e intelectua: Mexan por nos e din que chove (Nos mean y dicen que llueve).

Hoy, domingo, arroz con almejas y bacalao en salsa verde. Fresas y cerezas. Txakoli Urruzola. Un escocés The Glenrothes 10 años, y la policíaca alemana enETB. Planazo.

Lo de la cogober-nanza es un camelo, como se percató el respetable tiempo ha