- Finalmente, el Ministerio de Sanidad ha dejado la puerta abierta a que los menores de 60 años vacunados con AstraZeneca puedan decidir si se ponen la segunda dosis con este fármaco o si son inoculados con el de Pfizer, tal y como propuso el martes la Comisión de Salud Pública. El ministerio que encabeza Carolina Darias planteó ayer la opción de que estas personas que ya recibieron el preparado de Oxford puedan elegir, mediante la firma de un consentimiento, si completan la pauta con esta misma marca o con Pfizer. Así lo anunció la propia Darias, al término del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, en una rueda de prensa en la que explicó que esta opción obedece a las circunstancias "excepcionales y extraordinarias" de este caso. Sin embargo, el tema no está cerrado, ya que este planteamiento será sometido al Comité de Bioética.

retraso en el calendario

Horas antes, la consejera de Salud del Gobierno Vasco, Gotzone Sagardui, alertó de que si finalmente se decidía que las personas que recibieron un primer pinchazo de AstraZeneca reciban el segundo solo de Pfizer, en Euskadi sería "prácticamente" imposible dar primeras nuevas dosis de este preparado durante dos semanas. La consejera explicó que en Euskadi hay 83.000 trabajadores esenciales menores de 60 años que combinarían ambos sueros, de los cuales más de 50.000 superarán a final de mes las doce semanas que, según las indicaciones de AstraZeneca, deben transcurrir entre el primer y segundo pinchazo.

A estos colectivos esenciales se suman las personas que recibieron una primera dosis de Pfizer y a las que toca la segunda en los próximos días. Todo ello motiva que "con la llegada actual" de viales de esta marca la inoculación de primeros pinchazos peligre durante dos semanas, lo que retrasaría considerablemente el ritmo de vacunación.

Consentimiento informado

Con las comunidades plantando batalla por la combinación de vacunas, la ministra recapacitó y dijo que "se va a abrir la posibilidad de elección". "Creo que es importante esta decisión, una de las más difíciles que hemos tenido que abordar", apuntó Darias. En cualquier caso, detalló que la decisión fue transmitida al Comité de Bioética, que elaborará un informe al respecto para que sea avalada completamente. Los pacientes que quieran ponerse AstraZeneca en lugar de Pfizer deberán firmar un consentimiento informado. "Es la decisión que ha adoptado Francia, Alemania, Finlandia... Es una pauta que se está aplicando en otros países y será la que se va a aplicar a futuro, porque cuando hablemos de dosis de refuerzo aplicaremos las vacunas que en ese momento estén, y serán probablemente diferentes", incidió la ministra.

De la misma forma, Darias argumentó que la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) dijo que "en cualquier caso serían las autoridades sanitarias de cada país quienes tomarían la decisión teniendo en cuenta su plan de vacunación y su situación epidemiológica". "Ha quedado acreditado, además, que una primera dosis de AstraZeneca ya aumenta la inmunidad del paciente", agregó. La ministra también aseguró que no se ha planteado modificar el intervalo de 16 semanas entre ambos pinchazos.

Por su parte, el Departamento vasco de Salud dejó claro desde el primer momento, sobre la preferencia acerca de la segunda dosis de la pauta iniciada con AstraZeneca, que "deben prevalecer los criterios científicos, la garantía de seguridad y el máximo de beneficio". No obstante, Sagardui recordó que, desde un punto de vista "organizativo" hay que tener en cuenta a las personas de entre 60 y 69 que también fueron vacunados con AstraZeneca y que requerirán de segundos pinchazos en los próximos tres meses, así como aquellas que prefieran no recibir esa segunda dosis. Además, por el momento, no hay "garantía de fecha de nuevas entregas ni de cuantía" de AstraZeneca".

Enfrentamiento

La decisión de dar una segunda dosis de Pfizer a los menores de 60 años vacunados con AstraZeneca enfrenta al Ministerio de Sanidad y a las comunidades, muchas de las cuales insistieron ayer en que la pauta debía completarse con el preparado anglosueco. A última hora del martes salió adelante la propuesta del ministerio de combinar las dos marcas, gracias a los votos a favor de diez directores generales, siete en contra y tres abstenciones.

Esta opción acordada choca con la opinión de varias comunidades que quieren desde el principio que la segunda dosis sea de la misma Vaxzevria. Una de ellas es Madrid, que consultará incluso a la EMA por combinarla con Pfizer que el consejero madrileño de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, tachó de "incomprensible" porque va "en contra de todas las sociedades científicas" y de la propia EMA.

De la misma opinión es Andalucía, donde su presidente, Juanma Moreno, recordó que en Reino Unido se han puesto casi veinte millones de vacunas de AstraZeneca, lo que ve "un ensayo clínico real" que es "bastante más clarificador" que uno de 400 personas. Igualmente, Galicia aspira a que puedan completar la pauta de vacunación con la misma vacuna. "Nosotros estamos entre los siete que votaron a favor de poner la segunda dosis de AstraZeneca", dijo el conselleiro Julio García.

Igualmente, Castilla y León defiende que se suministre la misma y su vicepresidente, Francisco Igea, advirtió de que si no da "una explicación racional", la Junta suministrará AstraZeneca siguiendo todas las evidencias científicas. Tampoco en Murcia o en Cantabria han visto motivos científicos para no inmunizar con Vaxzevria cuando, por ejemplo, lo ha hecho Reino Unido con su población.

Intercambiables. Uno de los expertos que asesoran al ministerio, el presidente del Comité de Bioética, Federico Montalvo, defendió ayer que con la decisión de sustituir AstraZeneca por Pfizer se había primado la seguridad. Ello no quiere decir que Vaxzevri, nombre comercial de AstraZeneca, no sea segura, pero para el tramo de edad por debajo de 60 años lo son más Pfizer, Moderna o incluso Janssen, que se basa en la misma tecnología. "La intercambiabilidad con Pfizer prácticamente nos garantiza que no haya trombos", y pese a que la incidencia sea de cuatro casos por millón de vacunas, "si lo podemos evitar, ¿por qué no lo vamos a evitar?", se preguntó.

Reticencias. Frente a las reticencias contra CombivacS, el ensayo que confirmó la seguridad y eficacia de dar Pfizer, Montalvo aseguró que se trata de un "estudio muy serio que acredita la intercambiabilidad". Sobre la posibilidad de que estos casi dos millones de ciudadanos puedan elegir con qué vacuna completar su inmunización, el experto dijo que, aunque es una de las alternativas "inteligentes" que aplican países como Portugal, él no es partidario porque, si llegaran a producirse casos de trombos, ello podría provocar el rechazo a las vacunas.