- Los epidemiólogos vuelven a insistir en que las vacunas anticovid-19 son “seguras, eficaces y de bajo riesgo” y así lo han plasmado en una guía. En el documento, los expertos de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE) despejan dudas sobre la seguridad o los efectos secundarios de las vacunas que se están administrando en la actualidad, que se han evaluado en ensayos clínicos aleatorizados y han mostrado “una alta eficacia”.

Los especialistas recuerdan que ya hay millones de personas inoculadas, que los efectos adversos que se han comunicado han sido leves en la gran mayoría de los casos, y que graves son muy poco frecuentes.

“El nivel de eficacia de estas vacunas es superior a otras como la vacuna de la gripe”, aseguran desde la SEE, al tiempo que mantienen que los riesgos “son mínimos” en comparación con sus beneficios puesto que “apenas existen contraindicaciones”.

Admiten que las vacunas pueden producir, como otras, molestias en la zona del pinchazo, malestar, fiebre o dolor de cabeza, pero subrayan que estos síntomas son pasajeros y se dan durante las primeras 24 horas. En menos de un caso por cada 100.000 vacunados se producen reacciones alérgicas más graves que pueden ser atendidas por los equipos médicos.

El Grupo de Trabajo de Vacunación de la SEE alude también a que la vacuna no es obligatoria, aunque “sí muy recomendable” ya que es muy probable que quienes no se vacunen padezcan la infección en algún momento, puesto que previsiblemente el virus estará en circulación varios años.

El porcentaje de enfermos mayores de 50 años que requieren de ingreso hospitalario supera el 5%, según sus cálculos, pero ese riesgo se minimiza con la aplicación de las vacunas ya que reducen las probabilidades de infecciones graves.

La vacunación también es recomendable, según los epidemiólogos, entre quienes ya han pasado la infección, si bien la norma es administrarla seis meses después de haberla superado. En cuanto al plazo en el que se alcanza la protección óptima de las vacunas, se establece como criterio general en 14 días después de la inoculación de la última dosis, aunque tras la primera ya se consigue cierto nivel de protección. Con todo, los expertos no descartan que los vacunados puedan transmitir la enfermedad, aunque en menor medida que los no vacunados.

Precisamente, España espera reanudar la vacunación con AstraZeneca tras descartarse su relación directa con las trombosis detectadas, como certificó ayer la autopsia de la profesora de Málaga, que apunta a que la vacuna no está relacionada con la muerte.

Así lo dijo ayer el consejero andaluz de Salud, Jesús Aguirre, sobre la causa del fallecimiento de esta mujer, quien, según los especialistas, tenía una predisposición a sufrir un accidente cerebrovascular, y podría haber sufrido un aneurisma.

A pesar de esta información, el Instituto de Medicina Legal de Asturias investiga ahora las causas de la muerte de una mujer de 40 años que había recibido la vacuna de AstraZeneca una semana antes del deceso, aunque la red de farmacovigilancia del Principado no ha recibido notificación sobre la posible relación con el fármaco. El médico que atendió a la mujer no firmó el certificado de defunción al no apreciar una causa evidente del fallecimiento, producido a finales de febrero.

Más datos. La Alta Autoridad de Sanidad (HAS) de Francia recomendó ayer que, mientras se despejan las dudas sobre el riesgo de trombosis de AstraZeneca para las personas de menos de 55 años, se reserve esta vacuna solo a los que superan esa edad. En un dictamen publicado apenas unas horas antes de que se reanude en Francia la vacunación con AstraZeneca, la HAS retoma el grueso de los argumentos que dio el jueves la Agencia Europea del Medicamento (EMA). Por eso, insiste en que se puede volver a administrar sin esperar más, ya que ha quedado demostrado con las personas que la han recibido que previene en un 94% las hospitalizaciones.