- Una veintena de centros educativos de Gipuzkoa ha interpuesto denuncias ante la Ertzain-tza por robos o tentativas frustradas en sus instalaciones durante los últimos cuatro meses. El último episodio se vivió este fin de semana en Ibarra, donde los delincuentes se llevaron "un número importante" de ordenadores. Se sospecha de una banda especializada de unos cuatro o cinco integrantes que estaría operando en el territorio y también en Navarra.

Las diferentes comisarías de la Er-tzaintza tratan de recabar información para encontrar puntos coincidentes, como puede ser el uso de un mismo vehículo en el exterior de los centros educativos afectados.

El primer robo se produjo en la ikastola Larramendi de Andoain, unos hechos que ha confirmado a este periódico la dirección del centro. Los delincuentes accedieron al recinto escolar durante el primer fin de semana de noviembre. "Desactivaron las alarmas, echaron la puerta abajo y nos dejaron la ikastola patas arriba", aseguran responsables de esta ikastola.

Destrozaron dos puertas, pero no tenían intención de sustraer las terminales. Irrumpieron violentamente en la sala de dirección, donde arrojaron algún ordenador al suelo, y también en secretaría y en el aula de profesores. Los sospechosos podrían haberse llevado ordenadores pero no lo hicieron. "Buscaban dinero, y se llevaron algunos pagos en mano guardados en las oficinas", confirman desde la ikastola.

Una de las líneas de investigación apunta a que la aparente facilidad con la que los sospechosos accedieron a este centro escolar animó a la banda a continuar con su escalada delictiva, que geográficamente se ha expandido por Tolosaldea, Urola Kosta, Donostialdea y Oarsoaldea.

Un mes y medio más tarde, trataron de acceder por una ventana del Instituto de Formación Profesional Don Bosco de Errenteria. Ocurrió en Navidades.

En esta ocasión saltó la alarma. Los integrantes de la banda emprendieron la huida sin lograr su objetivo. Los responsables del centro acudieron de inmediato y avisaron a la Ertzaintza, que levantó acta de lo ocurrido. "Tuvimos que correr con los gastos del destrozo que hicieron", confirman desde el instituto de Formación Profesional.

Las grandes dimensiones del centro, con casi dos kilómetros de perímetro, multiplican las posibilidades de burlar cualquier vigilancia. "Tenemos vallas y hay unas cámaras exteriores. En cualquier caso, no robaron nada importante porque no hay nada en efectivo ya que todo se realiza mediante transferencias o cuentas bancarias, como exige la propia normativa", indican desde la dirección del instituto.

Salesianos de Urnieta es otro de los centros en los que intentaron acceder. Los responsables interpusieron una denuncia por un intento de robo a comienzos del mes pasado. "Intentaron forzar una ventana. Vimos herramientas y ralladuras, pero no consiguieron entrar", aseguran.

La actividad de esta banda coincide con otros hechos delictivos que no son atribuibles a sus integrantes. Es el caso de los 53 portátiles robados en el Colegio Jesuitas de Donostia. Estos hechos tuvieron lugar hace un mes, aprovechando que las ventanas estaban abiertas por las medidas de higiene contra el covid-19. Se llevaron el material de los alumnos y profesores del curso de 3º de Primaria. Al día siguiente, tras una pelea en una bajera, agentes de la Ertzaintza se personaron en el local y localizaron junto a los sospechosos una treintena de ordenadores amontonados. A los dos días fue hallado el resto del material. "No les dio tiempo a malvenderlos", confiesan fuentes consultadas, que también apuntan al material recuperado tras otra sustracción en el instituto Xabier Zubiri-Manteo.

Las denuncias por sustracciones se han registrado en las comarcas de Tolosaldea, Urola Kosta, Donostialdea y Oarsoaldea