El Departamento vasco de Salud prevé que para el mes de junio estén vacunados ya en Euskadi los mayores de 70 años, los sanitarios, las personas vulnerables y los colectivos de trabajadores considerados esenciales.

Esta previsión se recoge en un documento que actualiza la estrategia a seguir por las autoridades autonómicas para hacer frente a la pandemia en Euskadi, donde no se considera que haya una "tercera ola", sino que se está en el "tercer pico epidémico de la segunda ola".

El nuevo que recoge este documento estará vigente entre febrero y junio, periodo que el Ejecutivo vasco considera que estará condicionado por los efectos de las variantes del virus y por el impacto de la vacunación. En cuanto al primer condicionante, el 16,8 % de los casos de covid detectados durante la pasada semana se corresponden con la cepa británica.

En relación a la vacunación, el documento incide en las "incógnitas" que existen sobre la capacidad de producción y distribución, pero estima que para el mes de junio podría estar cubierto este proceso con todos los mayores de 70 años, los sanitarios, los colectivos más vulnerables y los trabajadores de servicios esenciales.

El plan estima que no se pueden hacer previsiones definitivas del impacto que puedan tener las nuevas cepas en la afección del coronavirus y avanza dos posibilidades. La primer pasa por un escenario de infección que multiplique la tasa de incidencia en pocas semanas y la segunda por "un incremento moderado de la incidencia" porque la capacidad de contagio no sea "tan intensa" o porque las medidas de prevención sean un medio de contención eficaz.

A estas variables se suma, según el Gobierno vasco, la reapertura de la hostelería en municipios con altas tasas de incidencia acumulada, tras el auto del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, que "en las próximas semanas y meses puede tener un efecto negativo en la actual tendencia descendente".

El Departamento vasco de Salud busca situar la tasa de incidencia por debajo de los 60 casos en 14 días por 100.000 habitantes, pero para una primera etapa el objetivo es colocarla entre 60 y 300.

Insiste en mantener la incidencia por encima de 500 como indicador de alarma y aplicar restricciones a partir de esa tasa, ya que salvo excepciones, asegura que consigue doblegar la curva en un periodo de entre 15 y 25 días en estos municipios.

No obstante, reconoce que esta medida está condicionada por el auto del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco que permite la apertura de los bares en estas localidades.