Una mujer se ha conformado este martes con una condena de tres años y medio de prisión, tras admitir que introdujo hachís y cocaína en la cárcel donostiarra de Martutene aprovechando una visita a uno de los internos.

Durante la vista por estos hechos, celebrada en la Sección Tercera de la Audiencia de Gipuzkoa, la inculpada ha reconocido lo sucedido y se ha mostrado conforme con la pena que solicitaba la Fiscalía como autora de un delito contra la salud pública con la atenuante de toxicomanía.

Aunque deberá pagar una multa de 800 euros, la procesada no tendrá que ingresar en prisión, ya que la pena de reclusión la ha sido suspendida con la obligación de no volver a delinquir durante tres años y de someterse a un tratamiento deshabituación en un centro adecuado.

Según el escrito de acusación del Ministerio Público, los hechos sucedieron sobre las 17.00 horas del 10 de marzo de 2018, cuando la procesada acudió al centro penitenciario donostiarra con distintas sustancias estupefacientes que pretendía introducir en la cárcel, "con ocasión de una visita para comunicación a través de locutorio con uno de los internos" y "su posterior distribución" en la prisión.

Para ello, la mujer "depositó en una de las papeleras de la zona de locutorios una cajetilla de tabaco envuelta en papel y cinta de precintar, en cuyo interior se encontraba la droga destinada a ser recogida posteriormente por uno de los internos con acceso" a esa área.

No obstante, la sustancia fue interceptada por funcionarios del centro penitenciario que custodiaban la zona mediante videovigilancia.

El pesaje y análisis de los estupefacientes determinó que se trataba de 38,55 gramos de hachís y 1,23 gramos de cocaína, con un valor total en el mercado negro de 650,46 euros.