- La pandemia, incluso con su crudeza diaria, está sirviendo para abrir ventanas para distintas oportunidades. Una de ellas, la inclusión de personas sin hogar en Euskadi a través de la estrategia Lehen Urratsa, un programa sustentado en el trabajo previo de entidades del Tercer Sector y que, durante estos largos y duros primeros meses de pandemia, ha prestado atención a más de medio millar de personas en el conjunto de la Comunidad Autónoma Vasca.

Hasta el pasado 20 de septiembre había atendido a 578 personas: 97 en Gipuzkoa, 446 en Bizkaia y 35 en Araba. Los refugios instalados en las tres capitales de la CAV acogieron en el confinamiento a personas que vivían en la calle o que habían perdido su alojamiento.

La intención del Gobierno Vasco es prolongar el paquete de medidas adoptadas ante la COVID-19 adecuándolas a las necesidades y los ritmos que marque el virus.

La consejera de Políticas Sociales, Beatriz Artolazabal puso en valor el trabajo que las instituciones y las entidades del Tercer Sector Social están llevando a cabo para paliar los efectos provocados por la pandemia del COVID-19 en el colectivo, “ofreciendo respuestas a las necesidades que surgen en una situación extraordinaria”.

Ningún caso es igual a otro; cada vida es distinta; cada persona respira de una manera… De ahí que el programa Lehen Urratsa ya prevea distintas alternativas para cada uno de los perfiles: alojamiento en pensiones o albergues con acompañamiento social por parte de un equipo especializado; viviendas con apoyo para mujeres sin hogar; centros de primera acogida y alternativas de alojamiento con apoyo para la inserción para jóvenes migrantes no acompañados; y alternativas de alojamiento y de atención diurna para jóvenes con adicciones o incluso con enfermedad mental.

“Atender de forma adecuada a las personas sin hogar debe ser una prioridad en este momento” enfatizaba la consejera, al tiempo que comunicaba que “desde el inicio de esta crisis sanitaria, económica y social” se trabaja “de la mano con instituciones y entidades del tercer sector social” para identificar las consecuencias del impacto del COVID-19 en las personas sin hogar y en otros colectivos vulnerales.