- Es probable que de las reuniones que celebrarán el próximo lunes la comisión técnica y el consejo asesor del Plan de Protección Civil de Euskadi (LABI) salgan nuevas restricciones, como el cierre de los municipios vascos con mayores tasas de incidencia del coronavirus, una vez que los expertos han constatado que los datos de evolución de la pandemia en Euskadi "siguen siendo muy preocupantes", con una "constante evolución al alza" de los indicadores. Ayer la tasa de positividad volvió a subir, hasta situarse en el 7,1%, y aún se espera ver el efecto de las celebraciones navideñas en las cifras de contagios.

El coordinador del grupo de expertos del LABI, Jonan Fernández, reconoció que la senda descendente que se registraba antes de Navidad en la evolución de los contagios "se ha detenido" y que ha comenzado una línea "ascendente" que de momento es "contenida", aunque advirtió de que hay que "estar alerta". Fernández explicó que ya se puede dar por descontado el efecto de las celebraciones de Nochebuena y Navidad en las cifras de casos y en la atención sanitaria, que ahora se están notando las de Nochevieja y Año Nuevo, y que todavía queda por ver el efecto que puedan tener las del día de Reyes y su víspera, así como la afección de la cepa británica.

Según constataron ayer los expertos, a la preocupación por las consecuencias sanitarias de las fiestas y reuniones durante el periodo navideño se une ahora el temor a que la actividad comercial en torno a las rebajas de enero -que vivirán hoy su máxima actividad al ser sábado- también se traduzca en más vascos contagiados y con síntomas adversos de COVID-19. Por eso en las citas del LABI del lunes se analizará la conveniencia de establecer nuevas recomendaciones para la población.

"Venimos de una situación muy negativa. Llegamos a estar a principios de noviembre con 850 casos de tasa de incidencia acumulada, bajamos hasta los 230 y ahora estamos en torno a 260, pero hay amenazas alrededor importantes", reconoció el coordinador del grupo de expertos haciendo referencia a las situaciones mencionadas anteriormente.

Fernández dijo ayer tras la reunión de la comisión técnica del LABI, que los expertos quieren analizar "con rigor" todas las variables para ver si el lunes corresponde plantear al consejo asesor, presidido por el lehendakari, alguna "modulación, intensificación o reducción" de las medidas en vigor. Reconoció que no se pueden descartar nuevas recomendaciones y preguntado sobre si podría volver a decretarse el cierre de los municipios con alta incidencia acumulada, respondió que todas las medidas que anteriormente han estado en vigor pueden volver a utilizarse. "Esa y otras medidas están en estudio y cualquier medida que pueda contribuir a ajustar y responder mejor a la situación epidemiológica se está valorando", añadió.

En la actualidad está vigente el cierre perimetral de Euskadi aunque los vascos pueden moverse entre los municipios y los territorios de la Comunidad Autónoma Vasca.

El toque de queda está fijado a las 22.00 horas, la hostelería debe cerrar a las 20.00 horas y las reuniones sociales están limitadas a seis personas.

"Estamos en Euskadi en una situación de alta incertidumbre que provoca que los expertos quieran analizar cada día la evolución de los datos y no se puede descartar que se apliquen nuevas medidas", afirmó Jonan Fernández al concluir la segunda reunión en una semana de la comisión técnica.

En 2020. Cruz Roja atendió el año pasado en Euskadi a 1.282 familias afectadas por la pobreza energética, a las que aportó ayudas económicas, así como materiales para reducir el consumo de electricidad y gas en sus hogares. Esta organización ha atendido desde 2015, gracias a la financiación del Gobierno Vasco, a 7.274 familias vascas con problemas para hacer frente a la factura del suministro energético, según informó ayer Cruz Roja en un comunicado. Esta entidad desarrolla distintas acciones para ayudar a las personas que se encuentran en esta situación, entre las que se encuentran la atención a necesidades urgentes, las ayudas para el pago de recibos, la entrega de equipos de eficiencia energética, y la organización de talleres de ahorro doméstico. El proyecto de pobreza energética desarrollado por esta organización ofrece una prestación económica a las familias participantes, a través de una ayuda de 240 euros anuales, ampliables a 480 euros en casos excepcionales, para abonar las facturas pendientes de pago de luz, gas y agua.

Tras las fiestas de Navidad, el Gobierno Vasco se muestra ahora preocupado por la actividad comercial en torno a las rebajas