- La pandemia se resiste a abandonarnos. Y el descenso de casos es tan lento que la curva lleva ya demasiados días dibujando una meseta interminable. La incidencia acumulada de casos está aún por encima de lo que sería deseable, ya que Euskadi sigue cerca del umbral de 300 casos por cada 100.000 habitantes en 14 días -en concreto a 281,7- que activa la alerta naranja. Y aunque Araba ha parado su tendencia negativa, se posiciona con 373,8 casos. Gipuzkoa mantiene la gráfica descendente de 311,9 casos a 306, a pesar de que sigue habiendo cinco localidades en la zona roja: Aretxabaleta, Arrasate, Azpeitia, Beasain y Ordizia.

Con un total de 307 nuevos contagios -103 de ellos en Gipuzkoa- y 7.660 pruebas realizadas, el porcentaje de positividad del COVID volvió a descender al 4% en las últimas 24 horas, después de que el pasado domingo se duplicara este porcentaje respecto a los días precedentes hasta el 6,2%. El número reproductivo básico, que indica a cuántas personas puede contagiar un enfermo, se mantiene estable, por debajo de uno y el lunes bajó una centésima respecto del domingo, hasta 0,88.

Sin embargo, la presión asistencial apenas rebaja la tensión, ya que permanecen ingresados con coronavirus 415 pacientes. Los enfermos en planta han aumentado de 317 a 323, pero las UCI han experimentado una ligera mejoría al pasar en un día de 97 a 92 enfermos. El lunes ingresaron en los hospitales vascos 53 personas aquejadas por el coronavirus, 33 más que el domingo, un día que tradicionalmente se registran muchos menos ingresos que otros días de la semana.

Mientras tanto, médicos y sociedades científicas vascas piden reducir el número de personas en los encuentros familiares para minimizar la probabilidad de contagios. Está constatado que la reducción convivencial de diez a seis personas disminuye el riesgo de transmisión de un 40% a un 24%.