Nerea Mateo, natural de Portugalete, ha sido una de las personas residentes en Inglaterra que se ha vacunado este martes contra el covid. Tiene 32 años y vive desde hace seis años en un pueblo al sur de Inglaterra, Gosport, muy cerca de Porsmouth. Atiende desde allí a este periódico apenas tres horas después del pinchazo, que vive "como una anécdota". "No me siento una privilegiada, ni siento un orgullo especial. Al final no es mérito mío, sino de los investigadores. Ellos deben sentir orgullo", señala con naturalidad al otro lado del teléfono.

Aun así, Nerea Mateo podrá contar siempre que fue una de las primeras personas en Europa que se vacunó contra el covid, desde luego mucho antes que sus amigas y sus familiares de Euskadi. El motivo por el que ha sido llamada en el primer día de vacunación en Inglaterra es que trabaja en servicios sociales, uno de los ámbitos, junto a mayores de 80 años y sanitarios, señalados por la autoridades del país como preferentes.

"Al final trabajamos con personas que tienen enfermedades, que son vulnerables. Nos ponemos la vacuna para protegernos nosotros, pero más que por una misma esto es por los demás", indica.

Ya en casa tras acudir al hospital a las 4. 30 horas, se encuentra "bien, de momento sin ningún síntoma". "Me han dicho que puedo tener fiebre y algún síntoma leve, pero es normal", dice. "La verdad es que es un pinchazo superligero, casi ni me he enterado".

2 DE ENERO, SEGUNDA DOSIS

Nerea recibirá el día 2 de enero la segunda dosis de la vacuna de Pfizer y, a partir de ahí, ya estaría inmunizada. "Me alegro de habérmela dado. Sí es verdad que hoy ha sido el monotema en el trabajo. Hay una minoría que dicen que no se la van a dar porque desconfían, pero por suerte son minoría", explica. "Yo creo que son bulos, puro desconocimiento y miedo a lo nuevo. Está claro que la vacuna es necesaria. No podemos estar así de por vida", añade.