esde que Rubén Cabaleiro experimentó la sensación de atender una barra, supo que era lo que quería hacer. Ahora, la pandemia ha vuelto a poner en suspenso su sueño, llevándole como a otros muchos miles de guipuzcoanos a un ERTE, pero confía en que a partir de Navidad las aguas vuelvan a su cauce.

Rubén, donostiarra de 21 años, hace esta confesión en uno de los salones del Hotel Abba San Sebastián, donde lleva trabajando desde el pasado agosto. Hace unas semanas, servía las mesas en las que hoy concede esta entrevista, con la vista puesta en que el parón no se alargue demasiado. “Si volviéramos en navidades estaría bien”, admite.

Pese a la mascarilla, la sonrisa de Rubén se refleja en el brillo de sus ojos, una sonrisa que perdura desde que en agosto comenzó a trabajar en el hotel Abba San Sebastián. “Soy camarero -dice con orgullo-. Me encargo de atender las mesas tanto de fuera, como del salón y todas las zonas que se ubiquen alrededor de la barra”.

De carácter afable, sociable y servicial, el trato con la gente le ha gustado siempre. Tanto que en la escuela de segundas oportunidades Ortzadar, donde estuvo cuatro años, realizó un curso de hostelería. Fue la primera etapa del camino que le ha llevado a Abba San Sebastián. De Ortzadar pasó a Gureak, donde continuó con su formación. En este caso, fueron seis meses y tres especialidades: “Primero pasé por reposición, que al final fuimos a Garbera y todo a hacer las prácticas así que muy bien-recuerda-. Luego hice hostelería en la cafetería de Academy café en Gureak y luego hice industrial y me pusieron en la zona de Marketing”. Tras la experiencia, reflexionó: “Dije: Pues a mí me gusta estar en la cafetería delante de la gente. Además, tengo buena relación con ellos, me gusta todo el tema de la hostelería, me pareció curioso, quería probarlo y me empezó a gustar”.

Y en agosto, a sus 21 años, ha llegado la oportunidad del hotel Abba, un sueño hecho realidad. “Cuando me lo dijeron... Imagínate... Qué emoción”, recuerda, una emoción que compartió con su familia, que están “muy contentos” por la oportunidad.

Sobre su trabajo no duda al responder que le gusta todo, incluso “limpiar y desinfectar” las mesas, una tarea rutinaria en la que pone todo su cariño porque sabe que es importante, y más en estos tiempos de pandemia. Pero sin duda, si hay algo que le llena especialmente, es el contacto con la gente. “Me gusta relacionarme con la gente porque así te llevas muchas amistades”.

Sus compañeros le ayudan a acostumbrarse a su nuevo trabajo. “Son majísimos”, afirma con entusiasmo, deseoso de poder volverse a encontrar con ellos.

Luis Carasa es el director del hotel y ha seguido muy de cerca la aclimatación de Rubén a su nuevo puesto. “La experiencia está siendo muy positiva”, reconoce, alabando las virtudes de su empleado: “Aporta bastante inocencia y también una ilusión por cosas que otras personas damos por hechas. También positividad, porque en cosas donde otros vemos problemas él no los ve, o ve oportunidades. Tiene ganas de hacer las cosas bien y una energía muy positiva, un entusiasmo que se contagia”.

Pese al difícil momento que atraviesa el sector hotelero, la apuesta de Abba por Rubén es firme. “Antes de que ocurriera esto -en referencia a la pandemia- ya se había apostado por ello; no por la situación había que cambiar la apuesta”, asevera.

“Tanto la compañía como yo en primera persona creemos en este tipo de colaboraciones para integrar a personas como Ruben en el equipo. Y se seguirá intentado. Los compañeros están ayudando mucho, la gente es paciente y comprensiva y la experiencia está siendo muy buena”.

En Gureak celebran que el compromiso de empresas como Abba permita a personas como Rubén trabajar en entornos “ordinarios”. “Es que nos dedicamos a esto, es lo que buscamos y nuestra razón de existir”, exclama la coordinadora del área de inserción laboral de Gureak, Marijo Astrain, que pone en valor los pasos dados por Rubén. “Es muy importante ver que se ha definido un itinerario con la persona, con la que se definen todos los pasos que se van dando. Hacer un itinerario coherente, con los plazos estimados y que se cierre el ciclo es un éxito”, afirma.

Lamentablemente, la pandemia está dificultando el acceso al mundo laboral de las personas con discapacidad, aunque no tanto como se piensa inicialmente. “En esta coyuntura es más difícil abrir oportunidades totalmente nuevas. En empresas donde tenemos ya una trayectoria no está cambiando tanto. Lo que sí notamos es que nos está costando entrar en empresas nuevas”, reconoce Astrain.

Por ello, desde Gureak han puesto el énfasis en mantener los empleos que ya se han creado años atrás. “Es casi tan importante conseguir contrataciones como mantenerlas. Podemos tener del orden de 210-215 acumuladas que vienen de muy atrás, algunas del año 97, el 70% de esas contrataciones son indefinidas y otras van a ello. Es algo a lo que damos mucha importancia, porque si todos necesitamos una estabilidad, imagínate las personas con discapacidad”, relata Astrain.

“Es casi tan importante conseguir contrataciones como mantenerlas”

Coord. Inserción laboral de Gureak

“La gente es paciente y comprensiva y la experiencia está siendo muy buena”

Director Abba San Sebastián

“Me gusta relacionarme con la gente porque así te llevas muchas amistades”

Camarero