- "Es un momento delicado, vivimos en un mundo que está sufriendo una situación sanitaria crítica, con consecuencias de todo tipo, y esto obliga a los gobiernos a comunicar sus decisiones con la mayor brevedad y seriedad posible porque la situación es grave y las decisiones que estamos adoptando, también. El reto de comunicarse con la sociedad en nombre del Gobierno es ilusionante profesionalmente, exige mucho, pero soy consciente de la importancia que tiene", explica Bingen Zupiria.

La palabra que más ha pronunciado desde que está en este nuevo cargo es la de responsabilidad...

—La sociedad vasca se enfrenta a un reto colectivo, es una pandemia global y mundial a la que nosotros, en la medida de nuestras posibilidades, tenemos que responder como sociedad y como comunidad. Esto exige que quienes tienen la responsabilidad política, especialmente el lehendakari, tienen que estar muy atentos a la situación, contar con las fuentes más fidedignas posibles para tomar las decisiones más correctas. Y exige que como Gobierno apostemos por una Osakidetza fuerte que sea capaz de hacer frente a las necesidades en cada momento y ofrezca el respaldo que necesitan los profesionales de la sanidad. Hay una tarea importantísima que incumbe al Gobierno y que tiene que hacerla a través de sus profesionales para atender a las personas que se acercan a un ambulatorio, a un centro de urgencias o para atender a las que terminan hospitalizadas o en una Unidad de Cuidados Intensivos. Y es también una responsabilidad importante la de disponer de los medios necesarios para salir a la calle a hacer los test y rastreos para identificar a las personas que tienen síntomas o no los tienen. Éstas son las principales responsabilidades del Gobierno. La actuación que cada uno de nosotros tengamos como ciudadanos es también fundamental. Ahora tenemos la responsabilidad de limitar nuestros movimientos, la de no juntarnos en grupos de más de seis personas y, especialmente, la de no mezclarnos con las personas con las que no vamos habitualmente.

¿Y desde el Gobierno Vasco tienen la percepción de que las ciudadanas y ciudadanos vascos estamos siendo responsables?

—No sabemos exactamente a qué nos estamos enfrentando, es una situación sanitaria que tiene muy pocas certidumbres y donde aún hay muchas incógnitas. En medio de esta incertidumbre, tenemos que dar todo el valor que tiene a los comportamientos responsables que está teniendo la mayor parte de la sociedad vasca, que está respondiendo adecuadamente a esta situación. Hay excepciones, pero creo que tiene más importancia poner en valor el ejemplo de las personas que han tomado la responsabilidad de cuidar de sí mismas y de evitar las situaciones en las que aparentemente se favorece el contagio, cuidando así de los demás.

73 muertos esta semana, la cifra más alta en esta segunda ola de la pandemia, la presión hospitalaria sigue subiendo... La consejera de Sanidad advierte de que la situación es crítica. ¿Vamos directos al confinamiento domiciliario?

—Todas las medidas que se toman necesitan un tiempo para conocer su efectividad, algunas se adoptaron a finales de octubre, otras el pasado día 5. Ahora mismo, en términos de hospitalizaciones, ingresos en UCI y fallecimientos, estamos viviendo las secuelas de los contagios que se produjeron hace un mes aproximadamente. Vamos a necesitar un tiempo para comprobar si con todas estas medidas somos capaces de que el número de contagios se estabilice, empiece a disminuir y podamos así darle la vuelta a esta situación que se ha complicado mucho. De todas formas, es importante que en todo momento recordemos que estamos en medio de una pandemia global y que se están viviendo situaciones muy complicadas en países que conviven con nosotros en Europa.

Si las restricciones que se han adoptado son efectivas, ¿cuándo podríamos ver los efectos positivos de las mismas?

—Los responsables del Departamento de Salud y Osakidetza analizan día a día todos los datos de la evolución de la enfermedad y el comité técnico que asesora a LABI y al lehendakari también se reúne periódicamente. La ultima reunión la tuvieron el viernes, y la anterior el lunes. En función de estos análisis se evaluará si hay que tomar nuevas decisiones o no. Se adoptarán las medidas que sean necesarias, pero creo que tenemos que aceptar todos que estamos adoptando medidas durísimas, y no lo digo para presumir de ellas, más bien todo lo contrario. Decisiones como restringir la movilidad de las personas, su derecho de reunión o cerrar actividades económicas son muy duras.

Los bares y restaurantes que se han visto obligados a echar la persiana por las últimas restricciones recibirán una ayuda entre 3.000 y 4.000 euros. Los hosteleros argumentan que aliviarán pero que son insuficientes.

—Lo primero que debemos hacer todos es ser conscientes de la gravedad de la situación que estamos atravesando, y que estamos hablando de una afección general en muchas actividades de mucha importancia. Luego entiendo que cada sector plantea unas necesidades y unas exigencias para hacer frente a su situación. El Gobierno y las instituciones están haciendo lo que está en sus manos para responder a estos sectores de una u otra manera. Entre las últimas decisiones que adoptaron el lehendakari y los miembros de LABI, que son de las más duras, está el cierre de la hostelería. Eso exige que las instituciones establezcan un sistema de ayudas para mitigar o atenuar, en la medida de lo posible, el impacto de las consecuencias. Y esa es la razón por la que el Gobierno ha decidido aportar un nuevo fondo de 30 millones para ayudar a los empresarios y autónomos que regentan centros de hostelería a hacer frente a los principales gastos que tienen. Esto se va a sumar a las medidas que diputaciones y ayuntamientos están anunciando para paliar las consecuencias negativas de esta situación en la que se encuentra la hostelería.

¿Cómo serán las navidades?

—Deberíamos hacernos a la idea de que las navidades de este año serán muy diferentes. El esfuerzo que la comunidad está realizando para hacer frente a esta situación con medidas tan duras como las que se han adoptado exigen a todos, instituciones y ciudadanos, que cuando se vayan aflojando las medidas mantengamos comportamientos muy responsables. Sería una irresponsabilidad que, después de pasar lo que estamos pasando, lleguen las navidades y se nos olvide a todos cómo debemos comportarnos. Además, al margen del efecto que pueda tener la vacuna -eso el tiempo lo dirá-, durante un tiempo largo deberemos acostumbrarnos a usar mascarilla y seguir adoptando las medidas básicas que desde marzo nos están recomendado. Eso seguramente va a durar muchos meses.

Tendremos, según ha dicho el lehendakari, dos años duros en los que se van a necesitar más recursos de los que vamos a generar.

—Esta situación va a obligar a las instituciones públicas a hacer un esfuerzo importante para aportar recursos a la sociedad y a la actividad económica para que se pueda mantener en los estándares a los que estamos acostumbrados. El lehendakari habla de dos años en los que va a hacer falta recurrir a la emisión de deuda pública para equilibrar el nivel de ingresos y de gastos. Pero también de la responsabilidad que los gobernantes tienen para que ese gasto necesario se ejecute con responsabilidad y con seriedad. Es dinero de todos, que los ciudadanos aportamos con nuestros ingresos y que luego se usa y se reparte. Y en el caso de la deuda, estamos endeudando al país para muchos años, y a ninguno nos gustaría dejar como herencia a la siguiente generación una deuda multimillonaria.

Además de hacer frente a la situación sanitaria, ¿qué otros retos se plantean durante esta legislatura?

—Las actividades que centran en estos momentos la mayor parte del tiempo del Gobierno son, en primer lugar, hacer frente a la situación sanitaria y, en segundo, se está haciendo un gran esfuerzo por mantener la actividad productiva y la educativa de forma presencial. Luego están todas las demás preocupaciones, que son muchas, y que están recogidas en el Plan del Gobierno. Acabamos de aprobarlo y enviarlo al Parlamento en el que, área por área, se han establecido las prioridades durante los próximos cuatro años. Y tampoco debería olvidarme del Programa Berpiztu para reactivar la economía y el empleo, para salir de la mejor forma posible de la crisis que estamos viviendo, sanitaria y económica.

"La mayor parte de la sociedad vasca está teniendo un comportamiento responsable frente a la pandemia"

"Vivimos las secuelas de los contagios de hace un mes aproximadamente. Hace falta tiempo para ver si las nueva medidas son efectivas"

"La situación sanitaria, mantener la actividad productiva y la enseñanza presencial ocupan el mayor esfuerzo del Gobierno"