- Las cifras del COVID-19 asustan y mucho. La subida de contagios parece incontrolada y las medidas que se adoptan para poner freno a esta escalada deben atender a distintos factores.

Pero si hay un sector que casi desde el inicio ha estado bajo la lupa y que ha pagado duramente las consecuencias de la pandemia es el de la hostelería.

Lo decía ayer Kino Martínez, secretario general de la Asociación de Hostelería de Gipuzkoa: “estamos extenuados”.

La hostelería se desespera, cada paquete de medidas que se anuncia incluye alguna que les recorta horario o aforos y, añade Martínez, las limitaciones no llegan acompañadas de ayudas a un sector que no sabe cómo amanecerá el día siguiente.

En la orden de la consejera de Salud que se publicó ayer en el Boletín Oficial del País Vasco, y a la espera de posibles medidas más restrictivas habida cuenta de que “la situación epidemiológica ha cambiado rápidamente en los últimos días en determinadas zonas de la Comunidad Autónoma de Euskadi”, en Andoain, Astigarraga, Azkoitia, Azpeitia, Beasain, Deba, Eibar, Elgoibar, Hernani, Lazkao, Legazpi, Lezo, Oñati, Ordizia, Pasaia, Tolosa, Urnieta, Urretxu, Zumaia y Zumarraga, en lo que compete a Gipuzkoa, en los establecimientos y servicios de hostelería y restauración la limitación de cierre se fija a las 21.00 horas y no podrán volver a abrir sus puertas hasta las 6.00.

Se mantiene la prohibición de consumir en la barra y solo se podrá hacer sentados en mesa.

“Las medidas, no por anunciadas son bien recibidas. Entendemos la situación crítica a nivel sanitario y se nos pide un nuevo esfuerzo, de los muchos que ya llevamos haciendo”, señaló Martínez, que esgrimió un informe de Competur para dejar en evidencia que, ni de lejos, es la hostelería el foco principal de contagios.

“En estos momentos la restauración es el décimo sector en cuanto a contagios. El 0,9% de los brotes que hay en el Estado se producen en la restauración. Hay nueve sectores más activos en este sentido, desde la industria cárnica a las residencias de estudiantes”, destacó Martínez.

“No entendemos que se nos pidan más esfuerzos y, lo más importante, es que hemos propuesto un plan de rescate que hemos presentado a los grupos del Parlamento Vasco y al consejero de Turismo. Ya no se pueden pedir más esfuerzos al sector si no se acompañan de un plan de rescate, de un plan económico de ayuda a los miles de empresarios vascos de hostelería”, reivindicó el representante de los hosteleros.

Y es que, subrayó, solo si se activan estas ayudas se podrá lograr que “ese tejido empresarial siga siendo una referencia a nivel internacional. Se necesitan ayudas si no se quiere que esto se convierta en otro tipo de hostelería”.

Martínez quiso llamar la atención sobre la situación de muchas familias que viven de la hostelería e informó de que ha sido conocedor de numerosos casos “dramáticos en los que la gente ha tenido que hipotecar su casa para pagar alquileres, que es algo de lo no se habla. Eso ya no se puede aguantar”.

“No hay evidencias científicas de que seamos culpables de la situación y se nos pide un esfuerzo tras otro sin compensación”, denunció el portavoz de los hosteleros de Gipuzkoa.

Kino Martínez quiso poner el dedo sobre una herida que, a su entender, se ha cerrado en falso. “Ahora que no hay ocio nocturno, que se ha cerrado, resulta que el problema radica en las reuniones familiares y en las lonjas. Mientras estaban abiertos los locales de ocio nocturno la culpa de los contagios era suya, ¿y ahora?”.

Martínez criticó que “todas las multas por botellón se han puesto tras el cierre del ocio nocturno”. En su opinión, este hecho no responde a la realidad ya que botellones se daban también antes, lo que no se hacía es controlarlos y multar. “Ahora que no estamos nosotros sí se ponen multas. ¿Qué pasaba antes?”, se preguntaba.

En los municipios en los que el incremento de casos ha derivado en la adopción de medidas más restrictivas hay, apuntó Martínez, factores y situaciones que explican en gran manera el incremento de positivos. “Habría que observar el tema de las comuniones y saber en septiembre y octubre cómo y dónde se han hecho. Que lo miren”.

También otros profesionales, como peluqueras, avalan esta afirmación y aseguran que han atendido a personas que han llegado de otras comunidades autónomas para acudir a la comunión de un familiar.

“El sector está muy castigado y estamos extenuados tanto a nivel económico como anímico”, apostilló Martínez.

La pandemia y las medidas adoptadas para hacerle frente han provocado el cierre de numerosos establecimientos hosteleros. Según las cifras que baraja Martínez , “de aquí a finales de marzo un 10% de los establecimientos hosteleros de Euskadi cerrarán”, en torno a 1.200 negocios.

Ejemplo de la angustia con la que operan bares y restaurantes es el de la Parte Vieja donostiarra, atractivo turístico de primer orden en el territorio. Los gastos de mantener las persianas levantadas a diario no compensa y “muchos establecimientos han decidió cerrar de domingo a la tarde a jueves al mediodía, al menos por una temporada”. Los números no dan.

“Cerró el ocio nocturno y ahora dicen que el problema está en las reuniones familiares”

“Habría que mirar cómo y dónde se han hecho las comuniones en los pueblos que peor están”

Asociación de Hostelería de Gipuzkoa