- La ladera derecha del embalse de Yesa sigue inestable, se sigue moviendo entre casi 2 y 4 milímetros al mes, por lo que la seguridad no está garantizada, y en el futuro es probable que la ladera izquierda también se desestabilice, según un informe presentado ayer por la Fundación Nueva Cultura del Agua (FNCA).

Este Estudio de estabilidad y evaluación de la seguridad de la ladera derecha del embalse de Yesa, elaborado por Antonio Casas y Antonio Aretxabala, de la Universidad de Zaragoza, analiza los últimos datos publicados tanto por la Confederación Hidrográfica del Ebro como por parte del Gobierno de Navarra y el Ayuntamiento de Sangüesa.

El informe determina que en la ladera derecha de Yesa se están produciendo varios deslizamientos de manera “simultánea” y que los dos mayores tienen superficies de rotura a unos 117 y 60 metros de profundidad.

Recoge además que el factor de seguridad, que es la relación de fuerzas entre lo que sostiene la ladera y lo que tiende a tumbarla, cayó en 2013 a valores de inestabilidad cercano a 1 debido a las excavaciones realizadas para acoger el estribo y las labores de estabilización, por lo que en la actualidad se encuentra por debajo del equilibrio estricto.

El estudio apunta que no se pueden alcanzar valores “generosos” de factor de seguridad, lo que es “irrenunciable” para garantizar en el futuro la seguridad de los 5.000 habitantes de Sangüesa y los de poblaciones ubicadas aguas abajo de la presa, toda vez que ha añadido que los embalses “no están pensados para mantener laderas inestables”, algo que es “absurdo” y que ya han advertido en los parlamentos, aunque les tacharon de “alarmistas”, señaló Aretxabala.

El factor de seguridad es un valor que el estudio realizado por el Gobierno de Navarra y el Ayuntamiento de Sangüesa se elimina diciendo que “no es aplicable”, denunció Aretxabala, quien resaltó la “huida hacia delante” que supone continuar con los trabajos de recrecimiento.

Desde 2001, recordó, el presupuesto de la obra de recrecimiento se ha “desmadrado” y en breve alcanzará los 500 millones de euros, con partidas para frenar estos movimientos, mientras que el factor de seguridad se quebró en 2013.