- Aprovechando la conmemoración ayer del Día Internacional de las Personas Mayores, integrantes de la Plataforma de Asociaciones de Mayores y Pensionistas de Gipuzkoa (PAMPG) hicieron lectura de un manifiesto en el que, entre otras cuestiones, vuelven a reclamar “que se respeten los derechos humanos” de los mayores, muchos de los cuales viven “sumidos en la pobreza y no pueden llegar al fin de mes”.

Por este motivo, insistieron en su reivindicación del establecimiento de una pensión mínima de 1.080 euros.

En tiempos de pandemia que, afirmaron, “ha venido a hacer un enorme daño a nuestra convivencia, nuestra salud y nuestros derechos como colectivo más vulnerable”, es de rigor exigir “a las instituciones, en todos los ámbitos, que garanticen una sanidad pública con los recursos humanos y materiales necesarios”. Los representantes de la PAMPG insistieron en la importancia de “poner en el centro a la persona”, algo que “conlleva un cambio de modelo en los cuidados” que, a su vez, pasa por dotar a las residencias de mayores de los recursos humanos y materiales que “garanticen la seguridad y dignidad de las personas”.

La irrupción del COVID-19 ha “revalorizado”, según la plataforma, “la importancia de unas instituciones públicas de bienestar que las empresas privadas son incapaces de sustituir”.

“En estos meses hemos constatado la importancia de tener un potente sistema de bienestar, porque sin una buena sanidad, sin buenas residencias y sin buenos servicios a la dependencia estamos indefensos”, añadieron.

En el comunicado que leyeron en Donostia los representantes del PAMPG se abundó en la necesidad de asegurar “un servicio público de cuidados tanto en el domicilio como en las residencias” que impida que “las empresas especulativas se hagan con el control para el beneficio de unos pocos bolsillos y detrimento de la mayoría”.

Los pensionistas que participan en la plataforma reclamaron también “políticas de igualdad para las personas mayores” y la “erradicación de la brecha en los salarios, la discriminación, el maltrato físico y emocional, la negligencia en los cuidados y la soledad no deseada”.

La PAMPG reclama “que se respeten los derechos humanos de los mayores”, muchos de los cuales viven “sumidos en la pobreza”

La irrupción del COVID ha “revalorizado” la importancia de las “instituciones públicas de bienestar” que garanticen la seguridad y la salud