- El Departamento de Educación ha decidido mantener vigente el horario partido para los alumnos de Infantil y Primaria y ha rechazado implantar la jornada continua que hace unas semanas reclamaron numerosas familias y centros de enseñanza con el objetivo de “reducir riesgos” en la actual situación de pandemia.

Desde Educación han trasladado recientemente a diversos agentes del sector educativo que el Departamento que dirige Jokin Bildarratz mantiene su decisión de limitar el establecimiento de la jornada continua a partir del primer curso de la ESO. El Departamento recordó a familias y centros que los alumnos de Infantil y Primaria no pueden regresar solos a sus hogares tras las clases, ni permanecer sin la compañía de un adulto en sus casas, por lo que no se considera adecuado establecer el final de su jornada escolar a primera hora de la tarde. De ahí que Educación haya ratificado su postura de mantener el actual horario partido -mañana y tarde con parón al mediodía- por motivos de conciliación familiar.

A principios de septiembre varias familias se movilizaron para recabar firmas en apoyo a su petición de establecer el horario continuo en las aulas vascas de Infantil y Primaria para “evitar riesgos de salud” a trabajadores, alumnos y familiares.

Algún centro, como la ikastola Lakuabizkarra de Gasteiz, incluso dio el paso de aprobar el horario continuado -de 9.00 a 14.00 lectivo y hasta las 15.30 con comedor- en su consejo escolar. Sin embargo, la ikastola tuvo que echar marcha atrás ante la negativa de Educación a aceptar su propuesta. En una nota enviada a las familias la dirección del centro señalaba que “se nos ha negado el acceso al horario aprobado por el OMR (consejo escolar). Así que a partir del lunes iniciaremos el horario discontinuo habitual, aunque el OMR se opone a la decisión”.

El órdago de este centro se enmarca en el movimiento en favor del paso a la jornada continua durante la pandemia que nació en Araba motivado por la imposibilidad de abrir los comedores de varios colegios con los suficientes monitores para garantizar los “grupos burbuja” en estos espacios y la consiguiente dificultad de conciliación que supone para las familias no poder hacer uso de estos servicios.

En principio en estas etapas la normativa establece que la jornada escolar debe ser de mañana y tarde, y cualquier modificación permanente requiere de un cambio de la norma, aunque Educación, como ha hecho en los centros de Secundaria durante la pandemia, puede autorizar cambios temporales.

En el caso de la ikastola Lakuabizkarra, en la nota enviada a las familias, se recoge que el comedor del centro permanece cerrado a la espera de “poder disponer de los recursos adecuados” para poder garantizar el protocolo preventivo del COVID-19 aprobado por Educación. Si se dan las condiciones “mínimas” de seguridad podría abrirse antes del día 5 de octubre, pero hasta esa fecha las familias que lo necesiten no podrán tener comedor.

En este sentido, el Departamento de Educación ha anunciado la contratación de 630 personas para reforzar los comedores en los colegios públicos con el fin de asegurar que el servicio se presta con las condiciones de seguridad que impone la pandemia del COVID-19. En concreto se ha contratado a 500 monitores, 100 empleados para la limpieza y 30 cocineros que ya han empezado a incorporarse a los comedores escolares. Las medidas de prevención ante el coronavirus han llevado a duplicar turnos de comida y habilitar nuevos espacios para garantizar la distancia entre los niños mientras comen, por lo que ha sido necesario reforzar el personal encargado de estas tareas.

Precisamente los casos de COVID-19 detectados entre alumnado y profesorado elevó ayer el número de aulas clausuradas a 280 en la CAV, lo que supone quince más que las que estaban afectadas este jueves. Estas 280 aulas pertenecen a 188 centros educativos, que son diez menos que la víspera, y no hay ningún centro que haya tenido que suspender totalmente su actividad educativa presencial.