- La gestión del transporte ferroviario y la construcción de nuevas infraestructuras sobre raíles afronta un cambio de vías. Los acuerdos para formar el recién estrenado Gobierno Vasco entre PNV y PSE han supuesto que el área de Transportes pase a ser comandada a partir de ahora por los socialistas en la cartera de Iñaki Arriola en detrimento de la jeltzale Arantxa Tapia.

El traspaso de labores es de calado ya que al finalizar esta legislatura, en teoría, se quería poner en marcha el Tren de Alta Velocidad, el tajo principal en el que está implicado el Ejecutivo de Lakua en colaboración con el Ministerio dirigido por José Luis Ábalos.

Los acuerdos tomados por el equipo de Tapia la última legislatura permitieron que el Gobierno Vasco asumiera directamente, por ejemplo, la construcción de la nueva estación del TAV en Donostia o acometer el trazado de la Variante Sur Ferroviaria que sacara las mercancías del Puerto de Bilbao fuera de la trama urbana de Ezkerraldea.

Ahora el nuevo equipo de Arriola tendrá que culminar estos proyectos y otros que afectan cada día a miles de personas como son el metro en Donostia, la tranviarización del tramo entre Atxuri y Bolueta o decidir la llegada del suburbano desde Bilbao hasta el aeropuerto de Loiu. Y todo ello en unos años de recesión como consecuencia de la pandemia en los que la obra pública puede sufrir recortes o, por contra, ser palanca para crear puestos de trabajo. En todo caso, un trabajo arduo.

Una mudanza de labores que ha sorprendido a más de uno, sobre todo teniendo en cuenta que el PSE va a ser la formación que dirija los próximos años los transportes en prácticamente todo el entramado institucional vasco. La gestión jeltzale del área en el Gobierno autonómico servía hasta ahora como una especie de contrapeso político a la labor que realizan responsables socialistas en los ayuntamientos de Bilbao y Gasteiz. En Donostia la cartera está en manos nacionalistas, así como en las tres diputaciones forales gracias también a los gobiernos de coalición en vigor.

Un engranaje que ha funcionado muy bien, como se ha demostrado durante los primeros meses de confinamiento, en los cuales la Autoridad del Transporte de Euskadi, cuyo presidente era el viceconsejero saliente, Antonio Aiz, efectuó una labor conjunta loable con todas las instituciones representadas en su seno.

Ahora este cargo será asumido por el ingeniero de Caminos Pedro Marco de la Peña, que ya conoce la labor constructora cuando estuvo al frente de Euskal Trenbide Sarea (ETS), el gestor vasco al que Lakua le encargan todas las obras de infraestructuras ferroviarias.

Fue durante la legislatura 2009-2013 en la que el PSE formó un gobierno monocolor con Patxi López de lehendakari, unos años que los sindicatos en los medios de transporte recuerdan todavía por el enfrentamiento que se generó en servicios como el metro de Bilbao o Euskotren y las huelgas que tuvieron que sufrir miles de usuarios.

Las fuentes consultadas en el sector no esperan que se repitan estos escenarios ni el agrio enfrentamiento institucional que mantuvo entonces el ejecutivo con la Diputación Foral en el Consorcio de Transportes de Bizkaia (CTB). El Gobierno de coalición obliga a un consenso mucho mayor.

A partir de hoy, el consejo de gobierno de Urkullu irá nombrando a los responsables tanto de ETS, como de Euskotren o el CTB, los cuales entrarán con una agenda de obras y servicios ya muy lanzada y que dará poca opción a sorpresas.

Conexiones con Madrid. Algunos pueden pensar que con el PSE al cargo de los Transportes en Gasteiz, la relación con sus homólogos en el Gobierno de Sánchez puede facilitar las cosas en los proyectos estratégicos, sobre todo ferroviarios. Otros, sin embargo, consideran que la capacidad negociadora que mantuvo el equipo de Tapia en la pasada legislatura fue suficiente, con el apoyo del PNV en el Congreso, para acelerar todos esos proyectos.