- Incertidumbre en las familias, movilizaciones por la falta de diálogo entre Gobierno Vasco y el sector educativo para coordinar una vuelta a las aulas segura y efectiva ante el COVID-19, demanda de más profesorado y personal auxiliar en colegios y escuelas, reducción de alumnos en las aulas...

Así de turbulenta se ha inaugurado esta semana la vuelta presencial al cole en Euskadi. Un inicio del curso escolar que se ve amenazado, no solo por miedo a los contagios, sino a que la huelga de profesorado que tendrá lugar mañana en toda la red educativa vasca sea el preámbulo de nuevas movilizaciones y paros de no atenderse las demandas de los profesionales educativos, que cuentan con la unanimidad sindical en el sector.

Los sindicatos avisan de que no descartan convocar más jornadas de paro o una huelga indefinida, u otro tipo de movilizaciones “en función de la evolución del curso” y de las medidas que Educación vaya adoptando ante la incidencia de la pandemia.

Pese a la apretada agenda que el consejero de Educación del Gobierno vasco, Jokin Bildarratz, mantuvo el jueves en la ronda de contactos con todos los agentes educativos y sindicales, la huelga convocada por ELA, LAB, Steilas, CCOO y UGT para mañana sigue vigente y va adelante.

La exigencia al equipo liderado por Bildarratz es firme: “Medidas que garanticen un retorno seguro, presencial y consensuado, tanto para trabajadores como para el alumnado”, ya que, según viene denunciando este sector “desde el final del curso pasado no ha habido absolutamente ninguna interlocución, comunicación ni reunión con los sindicatos” de educación. Los representantes sindicales critican “la improvisación” con la que el Departamento de Educación ha preparado el protocolo para el regreso presencial a las aulas en este curso 2020-2021, enmarcado en una gestión “inaceptable e irresponsable; unilateral y no consensuada, tardía y que está generando una situación de incertidumbre permanente en trabajadores, alumnado y familias”.

Reclaman al Gobierno Vasco que se reduzca la ratio de alumnado, de manera que cada persona disponga de tres metros cuadrados y un máximo de 10-15 estudiantes por aula. Asimismo, solicitan un incremento de la plantilla docente y educativa para posibilitar que se cumplan esos ratios, y también aumentar la plantilla para garantizar “la limpieza continuada de los centros, el funcionamiento del comedor y de los autobuses”, así como establecer medidas para “reducir las brechas pedagógicas, sociales, tecnológicas y medios de refuerzo especialmente en euskera”.

La plantilla de Osakide-tza retoma también las protestas este jueves 18 -convocadas por SATSE, ELA, LAB, SME, CCOO, UGT y ESK- para denunciar la situación extrema en la que trabajan y exigir soluciones ante la falta de personal, altas tasas de temporalidad, agotamiento físico y emocional, sobrecarga sistemática de trabajo, estrés, descuido de la salud laboral, entre otros problemas.