- Era cuestión de tiempo que el COVID-19 afectara el desarrollo del curso escolar y ha sido Aldapeta María Ikastetxea el primer colegio en el que salió a la luz pública -el jueves por la tarde- una situación novedosa, creada por el coronavirus, pero que se repetirá con asiduidad en distintos centros a lo largo de los próximos meses: interrumpir las clases debido a algún caso de COVID-19 entre sus alumnos. Antes, el miércoles, el colegio La Salle ya tuvo conocimiento de un positivo, pero ese caso no trascendió (se conoció ayer) y sí el de Aldapeta, quizás porque se trata del colegio más grande de Donostia, con 2.100 alumnos.

En el caso de Aldapeta María Ikastetxea, fue un niño de tercero de Primaria el que dio positivo y obligó a la dirección del colegio a poner en marcha el protocolo sanitario, así que los 24 compañeros del niño contagiado ya no fueron ayer a clase y se encuentran confinados en sus casas. Solo se les permitió salir ayer por la mañana para hacerse la prueba PCR en la Casa de Socorro situada en la calle Bengoetxea.

Fue el jueves por la tarde cuando la dirección de Aldapeta conoció el positivo del niño -que solo había acudido al colegio el lunes por la mañana- y comunicó la situación a los padres y madres de sus 24 compañeros en la clase A de tercero de Primaria. Es únicamente esa clase (y su tutor) la que tiene que hacer el confinamiento, ya que en Aldapeta el protocolo se basa en “aulas burbuja”, es decir, se supone que entre un aula y otra -aunque estén en el mismo curso- no hay contacto directo, por lo que el resto de grupos de tercero siguieron ayer las clases con normalidad.

Son diez los días que los niños y niñas tendrán que estar sin poder salir de sus casas aunque den negativo en la prueba PCR. “Siguiendo las indicaciones de Osakidetza, su hijo/a, al igual que el resto de los compañeros de clase (3º EP A) no podrá acudir al colegio a partir de mañana, día 11 de septiembre, y deberá cumplir un periodo de aislamiento domiciliario de 10 días”, dice la circular que el colegio envió el jueves por la tarde a las familias y que está firmada por el director general, José María Felices, además de la directora de Primaria y la enfermera de Aldapeta.

Según el protocolo del Gobierno Vasco, ni los padres ni los hermanos y hermanas de los menores que compartieron aula con el caso positivo deben hacer cuarentena, ya que sus hijos están a la espera de los resultados, que deberían tener a lo largo del día de hoy. Si los niños dan negativo, solo ellos tendrán que estar confinados, aunque su corta edad (entre ocho y nueve años) obliga al padre o a la madre a quedarse en casa, con todo lo que eso conlleva a nivel de conciliación. “En nuestro caso, mi hija ha ido a trabajar y es mi yerno el que está teletrabajando para quedarse con la niña en casa”, comenta a este periódico el abuelo de una de las niñas confinadas, que no puede cuidar a su nieta porque “desde Osakidetza han dicho a los padres que nadie del entorno más próximo familiar se acerque a casa”. Es decir, son el padre y la madre los que tienen que hacerse cargo del menor durante estos diez días.

Tal y como explica este abuelo, que prefiere no decir su nombre, los padres de los niños confinados “no tienen que hacerse la prueba PCR”, salvo que algún niño o niña dé positivo. Entonces el protocolo indica que deben someterse a la prueba los padres y los hermanos y hermanas, lo que a su vez complicaría la situación porque dificultaría ese rastreo por parte de Osakidetza, ya que los contagios se saldrían de esa “aula burbuja”. Cuenta este abuelo que los niños y niñas estaban ayer “tristes” por no poder ir a clase, ya que habían acogido “con una ilusión tremenda” el inicio del curso después de seis meses sin ir.

El director de Aldapeta, José María Felices, considera que el colegio actuó con rapidez: “La familia nos lo dijo, llamamos a Osakidetza y avisamos a los medios de comunicación y al resto de las familias. En un par de horas el protocolo ya estaba activado. Solo tienen que estar confinados los niños y niñas de esa clase y el tutor, que es el único profesor que ha estado con ellos estos primeros días”.

El director dice que está “en contacto” con la familia del niño contagiado” y que ahora se encuentran “a la espera de saber los resultados de las PCR de los demás niños para saber cómo actuar”. Por ahora, esos alumnos seguirán las clases de manera online: “Aún es tercero de Primaria y son pequeños, pero van a hacer cosas. Sobre todo queremos acompañarles en el tema emocional”. De hecho, ayer el tutor mandó un correo a sus alumnos con el temario que trabajarán estos próximos días y pidiéndoles que no se preocuparan ante este regreso a un confinamiento nada más comenzar el curso. Además, las familias tenían ayer por la mañana la posibilidad de pasar por el colegio para recoger el material de sus hijos.

Reconoce el director que no es sencillo para los menores “volver a casa el cuarto día”, pero que toca “vivir con el virus”. “Lo que hay que tratar es de minimizar el riesgo. En nuestro caso somos muchos alumnos (2.100 cuando comiencen la totalidad de los cursos) y tenemos más posibilidades de tener casos”, dice José María Felices, que destaca que ayer el colegio estaba “llevando un ritmo normal”.

La APA (Asociación de Padres del centro escolar) mostraba ayer, mediante un comunicado, su apoyo a la actuación del colegio ante esta novedosa situación creada, destacando la “eficacia” con la que el centro “ha desplegado los medios previstos para estas emergencias”. Además, la APA insiste en que es “responsabilidad de todos” luchar contra el COVID-19 y pide a las familias “seguir colaborando desde la responsabilidad”.

El positivo del niño, en cualquier caso, ha traído la lógica inquietud al resto de padres del colegio, especialmente los de tercero de Primaria, aunque no sean de la misma clase que el menor afectado, ya que una cosa es la teoría de las aulas burbuja y otra la práctica, en la que es “difícil controlar” que los niños y niñas no se mezclen en algún momento.

“Hay gente preocupada”, reconoce a este periódico una madre que lleva a su hija a otra clase de tercero de Primaria: “Por ejemplo, no sabemos hasta qué punto los niños juegan juntos después del comedor. Sabemos que es difícil controlar y que también es responsabilidad de los padres, pero tampoco sabemos si el centro está haciendo todo lo posible durante todas las horas que los niños están ahí. Una cosa es el protocolo sobre el papel, pero la ejecución es muy complicada”.

También el Equipo de Seguimiento COVID-19 de Aldapeta María Ikastetxea envió a las familias una notificación en la que les pide que no lleven a los niños al colegio en caso de tener síntomas, en caso de convivir con personas con síntomas compatibles de COVID-19 o personas que están pendientes de los resultados de la PCR, o en caso de estar en cuarentena por ser contacto estrecho de un positivo, apelando a la “responsabilidad de toda la comunidad educativa”.

“No es sencillo para los niños volver a casa al cuarto día, pero toca vivir con el virus”

Director de Aldapeta