- Gipuzkoa completa diez días seguidos por encima de los 100 positivos diarios, y cuatro de ellos, superando los 200. Cifras impensables hace solo una semana. Y mucho menos a finales de junio, pese a los primeros casos que asomaban después de contener al virus en mayo y registrar 18 días consecutivos, hasta bien entrado junio, sin ningún nuevo infectado. Julio y agosto, los meses de vacaciones, aquellos en los que el calor debía protegernos del coronavirus, han derivado en un escenario impensable cuando nos pusimos el pantalón corto. Gipuzkoa se fue de vacaciones con 36 casos detectados en diez días, los últimos de junio, y regresa al trabajo con 1.726 en el mismo periodo de tiempo, desde el 21 hasta el 30 de agosto.

Son en total más de 3.750 casos detectados en solo en los últimos dos meses, el 63% del total, frente a los 2.200 detectados entre marzo y junio. Todo ello, a siete días de la vuelta al cole. El Gobierno Vasco confía en que a lo largo de esta semana se vean los efectos de las medidas restrictivas adoptadas el 19 de agosto, especialmente en relación al ocio nocturno, y se rompa la imparable escalada de positivos que arrancó en junio. Así se se ha consumado el desastre.

El virus llegó de Lleida. Directo hasta Ordizia. Todo estalló un domingo, el 5 de julio. Los clientes que habían estado desde el 27 de julio en adelante en tres establecimientos hosteleros en pleno centro de esta localidad de Goierri eran llamados a un cribado masivo, un screening; una herramienta que hasta entonces no se había utilizado. Todo era nuevo.

Fue un bombazo. A la mañana siguiente, Ordizia amaneció en un escenario casi bélico. Impensable. Colas y colas de gente en la calle Etxezarreta, epicentro del terremoto. Los sanitarios de la OSI Goierri se echaron a la calle. Se hicieron pruebas y más pruebas en Ordizia y también en Beasain los primeros dos días.

En unos pocos días, se realizaban más de 2.500 PCR. Ordizia salía en los informativos de todas las televisiones estatales y su alcalde, Adur Ezenarro, se convirtió en personaje público, especialmente cuando aseguró ante los medios que no veía garantías para que se celebrasen las elecciones del 12 de julio al Parlamento Vasco. Ordizia entero se puso la mascarilla y este gesto fue calando poco a poco, motu propio, en otras localidad de Goierri, mientras el resto del territorio respiraba sin filtros.

Si despedimos junio con 36 casos positivos, en los primeros diez días de julio, con el brote de Ordizia activo, se registraron 101 casos en todo el territorio. Hoy suena a risa. Finalmente, el brote de Ordizia reportó 78 casos. Pero con él, empezó la temporada de sobresaltos.

Resulta que mientras medio pueblo se hacía las PCR, un centenar de jóvenes bachilleres estaba haciendo las pruebas de Selectividad. Fin de curso, verano, celebraciones, fiestas, ocio nocturno... Estaban todos los ingredientes. A Ordizia le siguió el brote de Tolosa, menor (54 casos), luego los de Getaria y Zarautz, vinculados aquí a celebraciones de jóvenes que acababan de hacer la Selectividad. Los casos aumentaban y llegó la mascarilla obligatoria. El 15 de julio.

Pero el brote más grande de todos en Gipuzkoa se produjo en Eibar, donde se convocó a los clientes de varios bares del pueblo a un cribado masivo. Según los últimos datos aportados por el departamento de Salud, este brote acumulaba ya 619 positivos en al menos cinco localidades diferentes, especialmente las vecinas Elgoibar y Ermua. En los segundos diez días de julio, los casos pasaban ya a ser 379, el triple que en los primeros diez días del mes. Se mantuvieron estables durante las próximas jornadas, 383 en diez días para despedir julio y adentrarse en lo peor.

Los rastreadores estaban a tope, pero aún eran casos localizados, controlados. Los cribados masivos, con una respuesta extraordinaria de los ciudadanos, que acudieron en masa y sin complejos a realizarse las pruebas, permitieron una intensa labor de rastreo, hasta el punto de que la consejera el pasado lunes aún se atrevía a decir que el servicio sanitario público vasco era capaz de detectar de raíz estos casos.

Los primeros diez días de agosto se detectaron en Gipuzkoa 454 casos nuevos. Seguía la escalada. Después saltó el brote de Azpeitia. Un jarro de agua fría en una de las localidades con menor incidencia de coronavirus. De nuevo, el ocio nocturno en el foco, ya a mediados de agosto, en vísperas del día de Asunción.

Azpeitia supuso otro golpe: 110 positivos detectados hasta el pasado lunes en este brote. Otros 13 más el jueves pasado, contactos estrechos de los positivos, y que en una primera prueba dieron negativo y a los diez días se positivizaron. Del 10 al 20 de agosto se registraron 712 casos en Gipuzkoa, un 56% más que diez días antes.

Faltaba Donostia, que unos días después de la no Semana Grande iba aumentando casos y se convertía en el foco principal de Gipuzkoa. Los 114 casos registrados en la capital en un solo día, la semana pasada, daban cuenta de la situación. Gipuzkoa ha batido esta última semana récord de contagios y cierra ciclo de diez días con 1.726 contagios. Más del doble que en los diez días previos. Un estallido que Lakua espera frenar antes de que empiecen las clases.

Casos detectados en 10 días. Este gráfico recoge la evolución de los casos positivos detectados en periodos de diez días durante este verano y muestra la escalada constante desde el 21 de junio hasta hoy.

El brote de Eibar en julio, con 619 positivos detectados hasta la fecha en varias localidades de la zona, es el más grande del territorio