- Más de seis meses después sigue latente la trascendencia del desastre ambiental en la escombrera de Verter Recycling que ocasionó la muerte de dos empleados, uno de cuyos cuerpos todavía no ha podido ser recuperado. Y así seguirá siendo hasta que los restos de Joaquín Beltrán sean recuperados como ya ocurrió con los de Alberto Sololuze y hasta que el proceso judicial en marcha determine qué ocurrió el 6 de febrero y, sobre todo, por qué.

Ni las elecciones ni la pandemia han frenado los esfuerzos del operativo de búsqueda dispuesto y coordinado por el Gobierno Vasco desde el mismo día del colapso del vertedero en el que trabajaban Sololuze y Beltrán.

La hija de Sololuze agradeció hace unos días el esfuerzo de las personas que trabajan en la búsqueda y también la implicación de la Administración vasca.

El propio lehendakari, Iñigo Urkullu, ha expresado en varias ocasiones el compromiso de su gabinete en la misión de recuperación de los cuerpos. Ayer lo volvió a hacer públicamente a preguntas de los periodistas: “Ha pasado el 5 de abril [fecha prevista inicialmente para las elecciones], ha pasado el 12 de julio y seguimos como Gobierno Vasco cumpliendo con nuestra palabra”.

Respondía así a las opiniones -muchas veces anónimas- que durante todo este tiempo han puesto en duda el grado de involucración del Ejecutivo vasco tanto en la recuperación de los cuerpos de Sololuze y de Beltrán como en la resolución de la mayor catástrofe ambiental en la historia de Euskadi. Ayer, por ejemplo, las primeras palabras de su discurso en el Palacio Miramar fueron, precisamente, en memoria de los dos trabajadores del vertedero. El lehendakari aprovechó para subrayar que el operativo de búsqueda seguirá activado hasta que se pueda localizar a Beltrán. “Esperamos y deseamos que aparezcan. Con eso podemos culminar esta etapa desgraciada”, dijo Urkullu.