- El hallazgo ayer de más restos humanos, en la zona del vertedero de Zaldibar donde el domingo se localizó un hueso, acrecienta la esperanza de haber hallado al menos a uno de los dos trabajadores desaparecidos en el trágico derrumbe de la escombrera. La larga espera de los familiares de Alberto Sololuze y Joaquín Beltrán, sin embargo, aún no ha acabado, ya que ahora están pendientes de que las pruebas forenses determinen a quién corresponden los restos encontrados y de que se establezca si se trata de un cuerpo o dos.

Ayer por la mañana los equipos de rescate que llevan meses removiendo el material desplazado en el derrumbe del vertedero encontraron “partes de un cuerpo” en la misma zona en la que este domingo se localizó una tibia humana, junto a material textil, que podría ser parte de un pantalón. Los nuevos restos hallados fueron sometidos a un reconocimiento antropológico sobre el terreno por parte de la policía científica y los forenses, según confirmaron fuentes del departamento de Seguridad del Gobierno Vasco.

Posteriormente estos nuevos restos fueron recogidos y trasladados por un equipo especializado para que esas partes de un cuerpo puedan ser analizadas y estudiadas por los forenses, que también deberán determinar con análisis de ADN a quién corresponden. Las fuentes del Departamento de Seguridad explicaron que la hipótesis con la que se trabaja es que tanto los restos hallados ayer como la tibia encontrada el domingo pertenezcan a uno solo de los dos hombres desaparecidos desde principios de febrero, aunque no se descarta nada.

Tras el hallazgo -a una profundidad de más de 23 metros en la gran montaña de materiales producida por el derrumbe- de lo que puede ser el primer resto humano de las víctimas mortales del colapso del vertedero, los trabajos, una vez reanudados, se centraron en la zona donde, según los indicios y los materiales recogidos, acabó sepultada la báscula de la instalación medioambiental. Esa búsqueda localizada y precisa en un área acotada volvió a dar sus frutos unas horas más tarde con el hallazgo de más partes de un cuerpo. Aún a falta de datos concretos sobre los restos, las familias de Joaquín y Alberto fueron inmediatamente informadas de los avances logrados en la búsqueda y de los primeros hallazgos conseguidos después de seis meses y diez días de arduos trabajos.

Así, la exploración de nuevos restos o de indicios de que ya se había localizado el lugar en el que al menos uno de los trabajadores del vertedero fue sepultado se reanudó ayer, poco después de las 8.00 horas, con un sistema de trabajo especialmente cuidadoso -con “métodos quirúrgicos”, según describieron los responsables de la operación-, de manera que cada palada de escombros sacada por las excavadoras era analizada y cribada minuciosamente por los operarios, con la ayuda de la patrulla canina de la Ertzaintza. Ayer también se recurrió a maquinaria más pequeña de la que se utiliza habitualmente y se trabajó “a mano” cuando fue preciso, según señaló el viceconsejero de Seguridad, Josu Zubiaga.

Zubiaga también estimó que se tardará entre tres días y una semana en identificar a través del ADN a qué trabajador pertenece la tibia envuelta en tela encontrada el domingo. En una entrevista concedida a Radio Euskadi, el viceconsejero recordó ayer que el trabajo de búsqueda debe hacerse “con mucho más cuidado y mucha más precisión”. “Ayer a la mañana (por el domingo), ya estábamos encontrando restos de la báscula y la hipótesis era que, al menos, uno de los trabajadores podría estar en esa zona. Una vez encontrados los restos de báscula, se buscó a ver si había algún resto humano. Al encontrar un resto humano, es de suponer que en una zona próxima puedan hallarse más”, indicó sobre el primer hallazgo relevante.

Tras recordar que hay un protocolo aprobado con conocimiento judicial para actuar al encontrar restos humanos, el viceconsejero apuntó que se paraliza la obra, se aísla la zona e interviene la policía científica de la Ertzaintza y los forenses tratan de determinar, por lo menos preliminarmente, qué se ha encontrado. A partir de ahí, se pasa a la fase de laboratorio de análisis de los restos hallados.

En los próximos días los trabajos de búsqueda se concentrarán en la zona donde se han encontrado los restos de báscula, que no es donde estaba inicialmente, sino donde acabó siendo desplazada por el derrumbe. Una localización a muchos metros de distancia de su ubicación original y con una capa importante de residuos por encima. De hecho, el domingo, cuando se informó del hallazgo de un hueso en esa zona, Aitor Zulueta, director de Patrimonio Cultural del Gobierno Vasco, detalló que para llegar hasta ese punto se habían tenido que remover 250.000 metros cúbicos de desechos.

Josu Zubiaga explicó que ahora se cribará la zona donde se han localizado restos humanos y vestigios de la báscula y se continuará, después, con otra parte, que es la plataforma donde antes estaba antes la báscula. “Se intentarán localizar allí los restos de ambas personas”, indicó el viceconsejero en referencia a Alberto Sololuze y Joaquín Beltrán. De no ser así, quedaría todavía la parte alta de la plataforma de la báscula, “que llevaría bastante tiempo de trabajo porque habría que asegurarla”. “El gran problema de esta obra no era solo sacar material, sino sacarlo sin riesgo, ni para los caseríos que están debajo ni para la autopista”, puntualizó. Explicó que al remover y retirar el material no había que crear movimientos que pudieran generar nuevos riesgos. Por ello, el viceconsejero cree que hacer estimaciones de tiempo para localizar los cuerpos de ambos trabajadores “no es fácil”.

Por su parte, el jefe de la Unidad de la policía científica de la Ertzaintza, Juan Vicente Bilbao, precisó que para extraer ADN de los huesos encontrados en la escombrera se usará una técnica “relativamente novedosa” que la policía vasca ha usado recientemente de forma “exitosa” y que podría haber resultados en cinco días.

Los equipos de rescate que trabajan en el vertedero de Zaldibar hallaron ayer nuevos restos óseos que podrían pertenecer a uno de los dos desaparecidos en el derrumbe del 6 de febrero. El hallazgo se produjo tras una búsqueda intensa en el área donde el domingo se encontró una tibia humana y tela.

Policía científica de la Ertzaintza y forenses cotejan los restos óseos hallados el domingo y ayer con el ADN de los dos trabajadores desaparecidos para determinar a quién pertenecen, en un trabajo que se podría prolongar entre tres días y una semana.

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Los restos se han hallado tras profundizar más de 23 metros en los escombros y remover unos 250.000 metros cúbicos.