- Las medidas anunciadas ayer por Nekane Murga respecto al ocio nocturno -especialmente la de tener que cerrar a la 1.30- han supuesto la puntilla para un sector especialmente perjudicado en esta crisis, que ahora que empezaba a ver la luz al final del túnel tiene que dar no uno sino varios pasos atrás. Gerentes y dueños de tres conocidos locales donostiarras consultados por este periódico lamentan la decisión del Departamento de Salud del Gobierno Vasco, ya que se sienten en el punto de mira. La consideran "injusta" y se ven abocados al cierre. De hecho, dos de los tres locales ya no abrirán este fin de semana.

"No tengo claro que el virus se ataje solo con esto"

El Dabadaba es uno de los locales de ocio nocturno que aún no había abierto sus puertas. Y ahora no sabe cuándo volverá a hacerlo. "Nuestra actividad son los conciertos, para los cuales la normativa nos hacía pasar de un aforo de 300 a uno de 60, y las noches de club, que quedaban muy desnaturalizadas sin pistas de baile. Llevamos cerrados desde marzo. ¿Hasta cuándo? Pues no lo sé. Me voy haciendo a la idea de que no tendremos una actividad normal, con conciertos como antes, hasta que haya una vacuna. Pensaba que quizás septiembre... pero estas últimas semanas demuestran que no va a haber tregua", reconoce Alex López-Allende, uno de los socios del Dabadaba.

"No queda otra que acatar", continúa López-Allende, que cree que "se está hablando mucho de la noche": "Por lo que parece, el problema son los espacios cerrados donde hay cercanía entre la gente. Pero igual puede pasar esto en una oficina o en un supermercado. No sé si esto nos aboca a otro confinamiento, o seguirán tomando medidas. Me parece bien si de esta manera se ataja el problema, pero lo que no tengo claro es que el virus se ataje solo con esto. Y no mirar cómo están las fábricas o las oficinas".

Dice el socio del Dabadaba que tendrán que "buscar fórmulas nuevas". "Estamos dándole la vuelta, haciendo algún cambio y tomándolo con calma porque no le vemos mucho sentido a abrir así. El plan es reorientar el Dabadaba un poco más a la tarde, a que sea un sitio agradable para ir a tomar algo".

"No nos dan ninguna alternativa para poder sobrevivir"

Iñaki Unzueta, gerente del BeClub, lamenta que "todos" deben pagar las consencuencias "por unos pocos que incumplen: "A nosotros nos han felicitado por el trabajo que estamos haciendo, pero por otros que quieren ganar más dinero tenemos que pagar el pato los de la noche. Me parece injusto. El pasado fin de semana, por ejemplo, en nuestro local fue todo bien. Cerrar a la 1.30 (los viernes y sábados el BeClub abre hasta las 6.30) es una medida que no la veo por ningún lado. No la entiendo. Haces el trabajo bien y te machacan. Hemos estado trabajando con el 45% del aforo, ni siquiera con el 60%. Me parece injusto que tengamos que pagar justos por pecadores".

Iñaki Unzueta se muestra indignado porque tampoco le ofrecen alternativas. "Tengo que cerrar a la 1.30, pierdo cinco horas. Por lo menos déjame reinventarme, poner unas mesas en el paseo de Salamanca con vistas al Kursaal. Pedí una ampliación de terraza y solo me dejan poner tres mesas", se queja el gerente del BeClub.

"No se trata de una ampliación para abarcar más, sino de sobrevivir, que nos dejen una puerta abierta", sigue exponiendo el gerente del local, que teme por el futuro del negocio: "No sé hasta cuándo estaremos así. Hasta que otros sigan incumpliendo. Es que igual no me sale a cuenta abrir y tengo que cerrar. Si la gente sale de cenar a las once de la noche, luego se va a ir a una terraza a tomar algo".

"Este próximo fin de semana ya vamos a cerrar"

"Estamos fastidiados", resume Eneko Aritza Yaben, uno de los gestores del Doka, por no utilizar una palabra peor. "Ya este próximo fin de semana vamos a cerrar porque no nos sale rentable. Estábamos abriendo desde las doce de la noche hasta las seis y, pese a las limitaciones de aforo, nos daba para seguir trabajando un poco, pero ahora con esto... podemos abrir a la tarde, pero no va a venir nadie en verano. Igual en invierno le damos una vuelta y buscamos otras alternativas, pero en verano no tiene ningún sentido".

Eneko Aritza lamenta que desde que el Doka volvió a abrir ha cumplido "a rajatabla" las medidas: "No dejábamos a la gente estar de pie porque sabíamos que a partir de cierta hora eso no se puede controlar. Hemos cumplido, pero ni siquiera así nos dejan. Todas las decisiones que se han tomado hasta ahora sobre el ocio nocturno nos han venido mal".

No saber cuándo se recuperará la normalidad es lo que provoca una mayor angustia a estos locales: "No nos queda otra que asumir lo que nos viene y esperar que bajen los contagios, que no vaya para muy largo y poder volver a abrir cuando quiten los horarios. No vamos a poder aguantar mucho más, igual llega un momento en el que tenemos que echar la persiana. A ver cómo va septiembre, la vuelta de las vacaciones, pero, como esto siga así, habrá que plantearse las cosas".

Iñaki Unzueta, gerente del BeClub, lamenta que pidió una ampliación de la terraza y solo le dejan "poner tres mesas"

Eneko Aritza Yaben, del Doka, reconoce que el futuro está complicado: "Como esto siga así, no podremos aguantar mucho más"